miércoles, octubre 27, 2010

LIamada (mi caballo está llorando)

Esta mañana me llamó mi madre, me pidió que desistiera de mi visita a Torreón programada para este puente debido a los fuertes problemas de inseguridad que hay por allá "Está muy feo salir por las noches, mejor no vengas". Me contó acerca de los "anuncios" que cuelgan en los puentes peatonales, algunos muy cercanos a la casa en la que crecí, de las amenazas, de los intrusos, de las balaceras cada vez más comunes. No pude más y rompí en llanto.

Mis lagrimas no eran como cuando era niña y me perdía en la Soriana haciendo el mandado con ella, se trataban de una adulta que había abandonado Torreón casi al inicio del sexenio y de donde había surgido intempestivamente un movimiento siniestro que ahora amenazaba con impedirle ver de nuevo a su familia. ¿Qué fue lo que le pasó a Torreón en su ausencia? ¿En que momento se descompuso y se transformó en lo que es ahora? ¿Es que era acaso como cuando Perséfone abandonó la tierra y su partida trajo consigo un doloroso invierno?

Horas más tarde recibí otra llamada de un amigo a quien le conté mi pesar, el amigo al que conocí quizá en el momento más oportuno y que de alguna forma me privó de una vida poco promisoria en Torreón. "Que bueno que te saqué de ahí" Me dijo. Tal vez él era justo lo que necesitaba, tal vez fue lo mejor que pudo pasarme, tal vez...

El hubiera no existe.

martes, octubre 26, 2010

De visita en el Museo del Sexo (Nueva York)






El museo del sexo

Texto y fotos de Miriam Canales

Nueva York, EEUU. “¡Ay no, ya vas a empezar con tus tonterías!”. Mi madre se mostró visiblemente molesta cuando vacacionábamos por Nueva York y le enseñé un folleto que promovía un museo dedicado al tema del que todos gozamos. Mi curiosidad y mi morbo se despertaron en ese momento: nunca había visitado un lugar dedicado al sexo y pese a la bajísima temperatura invernal, mis ardientes hormonas exclamaron: “¡Vamos!”.

Mi madre se negó rotundamente a acompañarme y optó por irse de compras a la Quinta Avenida, mientras yo tomaba un autobús desde Queens hasta Manhattan bajo una lluvia inclemente y copiosa. Al llegar, encontré a un pequeño grupo de visitantes maduros que trataba de ingresar por la puerta equivocada. La dirección no era del todo precisa, por lo que tuvimos que dar la vuelta a la calle y penetrar por una puerta angosta que no parecía ser la entrada de un museo sino de una simple sex shop.

“Buenas tardes. ¿De dónde nos visita?”. Un negro de Burkina Fasso cortó mi boleto, creyó que era española, le dije que iba de México y hasta me piropeó y preguntó cómo me llamaba. “Mi nombre no importa”, contesté esquivamente, pero eso no era lo malo sino que el guardarropa se encontraba saturado y tuve que cargar mi abrigo durante todo el trayecto. Ya adentro, comencé a abochornarme y no debido al clima sexual, sino a la fuerte calefacción.

Fundado apenas en 2002, el Museo del Sexo ha sido respaldado por científicos e investigadores de instituciones como el Kinsey Institute for Research in Sex, Gender and Reproduction o el Instituto de estudios de Género y Sexualidad de la Universidad de Nueva York.

¿A usted le agradan los madrazos sexuales y los fetiches extraños? Las tres galerías que conforman al museo, subterráneas y angostas, tienen en su acervo una variedad de objetos para las bajas pasiones. La primera sala consiste en una exhibición de instrumentos extraños, algunos fabricados de manera casi artesanal por lugareños de los Estados Unidos, como el “huskette”, un pene de plástico insertado en una vara larga, accionado por un motor dentro de una caja metálica o una silla de plástico púrpura acondicionada para una placentera masturbación. Para otros gustos perversos se muestran vitrinas con muñecos de látex de tamaño natural, látigos, ropa de cuero negro y hasta un antiguo cinturón de castidad masculino hecho de piel y un conducto de metal en el pene para evitar la erección. Había todo tipo de visitantes: desde jóvenes inquietos y calenturientos hasta adultos mayores ávidos de regocijar sus añejas pupilas con imágenes provocadoras.

¿Usted cree que sólo los humanos podemos gozar del sexo? Los robots ¡también! El artista y cineasta Michael Sullivan creó el cortometraje pornográfico steampunk The Sex Life of Robots, en el cual sus diminutas creaciones metálicas gozan de practicar posturas “kinky”, orgías y hasta bestialismo, incluso uno de los robots tiene el rostro de Deborah Harry, cantante de Blondie. El corto fue censurado hasta en YouTube, aunque en el portal de la revista científica Wired se incluye una entrevista con el autor.

En otro extremo encontré otra área dedicada a los artistas que hicieron de la carne una de sus musas, como el neoyorquino Keith Haring, cuyas preferencias homosexuales quedan evidenciadas en sus trazos abstractos. Su fama de Don Juan era evidente en su trabajo.

Un ejemplar de literatura censurada como Heather tiene dos mamás (1989), de la escritora estadounidense Lesleá Newman, tampoco podía faltar. Aquí se narra la historia de una pareja lesbiana que adopta a una niña. Cualquier parecido con la realidad chilanga…, ya saben el resto.

En otra galería contigua, se halla una sala oscura dedicada al papel que ha jugado el sexo en el cine y cómo se ha filtrado desde inicios del siglo veinte con los stags o cintas cortas que se exhibían de manera clandestina en cabarets, burdeles y bares de mala muerte dispuestos a satisfacer los placeres mundanos de sus clientes, más allá del simple espectáculo "en vivo". Con el paso de los años, el cine se volvió más liberal y provocativo e incluyó escenas más atrevidas en películas como La Dolce Vita (Federico Fellini, 1960), El último tango en París (Bernardo Bertolucci, 1972) y Lolita (Stanley Kubrick, 1962) y un poco de incipiente pornografía softcore de la década de los setenta que se incluía en esta exhibición junto con comerciales televisivos estadounidenses y europeos como los del desodorante Axe. Esto parece ser lo más rescatable del museo, cuyo contenido resulta disperso y para nada organizado por una museografía profesional, sino más bien con fines de entretenimiento.

A esas horas del recorrido, el calor ya pegaba y más aún el peso de cargar el abrigo. Al igual que yo, los azorados asistentes no podían apartar sus libidinosas miradas de las imágenes proyectadas en el suelo de unos bien ponderados 69’s y sexo oral “buga”, hasta que finalmente… ¡fotografías! Yo que no soy asidua a la pornografía disfruté de una galería fotográfica de pornstars tamaño big-size, desde Linda Lovelace hasta Ron Jeremy.

Cuando terminé mi recorrido por el museo, la lluvia seguía cayendo a cantaros, el negro de Burkina Fasso no apartaba su mirada de mí y en el lobby sonaba “Human” de The Killers. Tomé unos condones gratuitos de un frasco y me abstuve de comprar una guía sexual-turística de Nueva York, so pena de quedarme sin dinero para cenar. ¿En dónde estaba mi madre? Eso es lo que tendría que averiguar de regreso a Queens.

Publicado en la página de La Mosca en la red

domingo, octubre 24, 2010

Air en el Auditorio Nacional (21 oct 2010)


Cité a mi amiga MJ en las escalinatas del Auditorio Nacional para ver al dueto francés por excelencia (después de Daft Punk) ...y llegó bien tarde. Yo, estaba que echaba lumbre, pero tan pronto como entramos todo eso se disipó.

Todavía recuerdo cuando conocí a AIR a los 14 años con el video del simpático changuito que se escapaba al espacio exterior en los tiempos en que MTV era un canal decente y no programaban al escuincle de Justin Bieber. "Sexy boy" es parte de mi soundtrack personal de 1998 durante mi paso por la secundaria y nunca imaginé que de ahí en delante estos chicos llegaran tan lejos y que evolucionaran de igual manera.
No sé que rola tocaban cuando entramos al Auditorio, pero me relajé al sentarme en mi butaca y escuchar esas finas armonías electrónicas y ver una pantallota donde se leía el nombre del dueto en letras grandes. Nicolas Godin y Jean-Benóit Dunkel venían acompañados de un bataco cuyo nombre desconozco, pero sólo con ellos tres bastaba.

Todo mundo esperaba escuchar las rolas famosonas de los discos como "Talkie walkie" o ya de perdis algunas del soundtrack de "The virgin suicides" (¿por qué nunca he visto esa película?) pero en lo que parecían ser los primeros acordes de "Playground love" ¡finta! se trataba de "Highschool lover" y dejaron a todo mundo como cuando prenden el boiler y no se meten a bañar. Su set si que fue poco complaciente y tocaron lo que quisieron el tiempo que quisieron. Aún así la banda se emocionó por escuchar la dulce y tierna "Cherry blossom girl" aunque sólo se supieran el corito. Siempre creí que muchas de las voces femeninas de Air provenían de alguna mujer y ya vi que no, con un "vocoder" bastaba ¿Y que dicen que Air suena masculinamente femenino según Dabid Hernández de Radio Ibero? ¡Vayan ustedes a saber!

La verdad es que hubo momentos en que la pasaba bien y otros que no, por ratos sentía el setlist monótono y ansiaba oír al menos "Surfing on a rocket" que quedó fuera, pero lo peor es que le hicieron lo mismo a mi pobre "Run" Chale ¿Que no ven que una de mis razones para estar ahí era precisamente por escucharla en directo? Pero MJ disfrutó mucho cuando sonó "How does it make you feel?" una rola entre romántica y pachecona junto con un video surrealista y extraño; y agradecí que incluyeran "Kelly watch the stars" del igual emblemático "Moon safari".
La interpretación de "Sexy boy" no fue del agrado de todos, sonaba muy rápido (y hasta gay, me atrevo a decir) como si tuvieran prisa por cantarla. Saqué mi cámara para grabar y por poco un cuico me la quita, de no ser por una sutil advertencia de MJ; él no apartó su suspicaz mirada de mí, ya que si quería ver algo que viera la blusa escotada que llevaba esa noche ¿no?
Y a todo esto: ¿por qué tuvimos que esperar tantos años para ver a estos franchutes en vivo por menos de un par de horas? No es justo.

Lo que si es que hubiera deseado terminar mi noche al ritmo de ESTO:


Aquí, una probadita de la noche del jueves:


miércoles, octubre 20, 2010

Entrevista con Diego Enrique Osorno sobre su libro "El cartel de Sinaloa" (marzo 2010).

“Hay que combatir el silencio cómplice y el miedo”

Autor del libro "El cartel de Sinaloa", su travesía por diversos países no le ha quitado su característico acento “golpeado”. Diego Enrique Osorno es “el chico de los eternos veintinueve años”, como lo definió Ciro Gómez Leyva en la presentación de El cártel de Sinaloa, en la más reciente Feria del Libro del Palacio de Minería, en el Distrito Federal. Su trabajo de más de una década en Milenio Diario lo ha llevado a inmiscuirse en la rebelión social de Oaxaca, en la tragedia de los mineros de Pasta de Conchos, en el narcotráfico. Diego se encontraba en Cuba, para indagar sobre el caso del opositor del régimen castrista en huelga de hambre, Guillermo Fariñas, mientras esperaba la llegada de su primer hijo, Marcos, a quien a manera de homenaje le dedicó una carta por su inminente nacimiento.

En su nueva aventura literaria, este periodista regiomontano prefiere fomentar la esperanza y no el miedo, justo cuando una semana después de realizar esta entrevista, Monterrey volvió a sufrir la furia de las balas fortuitas. Diego Enrique Osorno se adentra en la historia del cártel de Sinaloa en los tiempos en que hablar en voz alta sobre narcotráfico puede tener consecuencias cruciales.

He aquí nuestra charla.

¿Por qué contar la historia del cártel de Sinaloa y no de otro que ha dado más de que hablar últimamente, como el de Juárez?

Porque en 2007, cuando me empecé a involucrar en temas de narcotráfico, hice un sondeo muy rápido sobre cuál podía ser el eje de cobertura y me vino a la mente el cártel de Sinaloa, por el origen de las organizaciones criminales como la de Tijuana o la del Golfo que tienen a sinaloenses en sus filas, quienes las crearon y dirigen hasta el día de hoy.

¿Los orígenes del narcotráfico en Sinaloa se deben a la migración de chinos a esa región?

Eso fue a un nivel de autoconsumo para los chinos, pero lo que detonó el fenómeno fue la Segunda Guerra Mundial y que en los Estados Unidos se empezó a requerir morfina. Después, la despenalización del alcohol hizo que los mafiosos que se dedicaban a ese contrabando buscaran otros productos prohibidos para hacer negocio y así fue entrando el mercado del opio y la marihuana a ese país.

En lo que respecta a tu ciudad, Monterrey, dices que antes era todo muy tranquilo y que hasta los reporteros de nota roja se aburrían.

La transformación de Monterrey es impresionante. Veíamos a Nuevo Laredo y a Reynosa como algo lejano; aunque estaban cerca, era otro mundo. Pero de repente empezaron las ejecuciones y fue un escándalo. Monterrey tiene ese ego y ese orgullo de sentirse el faro que alumbra a México –o al menos al norte– y esto lo golpea y es el balazo más fuerte. El gobierno estatal está mas interesado en promover su imagen que en resolver de fondo lo que está pasando. Hay mucha hipocresía en el combate a las drogas. Es una guerra mal planteada y mal llevada a cabo, porque el narco no son los sicarios que están disparando, son los empresarios lumpen, sus negocios y a la par de eso tienen sociedades de corrupción con gente del gobierno y no vemos un combate en esa esfera, en el tema de la narcopolítica. El narcotráfico se administra con funcionarios gubernamentales y también con la iniciativa privada. Ese dinero no lo tienen debajo de los colchones, pasa por un estado financiero. Pero no es fácil demostrar esos nexos y quienes lo hacen terminan en la tumba.

¿Por qué escribir este libro cuando nadie quiere publicar siquiera una miserable nota?

Porque lo que estamos viviendo se nutre de eso, de la realidad y el momento. Porque hay que combatir ese silencio cómplice, hay que combatir ese miedo y sin información somos tontos. Hay que darle una dimensión histórica al problema del narco. Creo que el libro deja más preguntas que respuestas y lo que he tratado es que veamos más allá del ejecutado del día y del registro de toneladas confiscadas.

En la búsqueda de fuentes, ¿cómo fue que las encontraste y lograste que hablaran?

Por suerte y porque intuyes quiénes te puedan hablar sobre el tema. Mauricio Fernández, el alcalde de San Pedro, Nuevo León, por ejemplo, habla hasta por los codos. Hace dos años platicamos, me contó todo y le dije que quería publicarlo. Me contestó: “Después hablamos”. Luego lo convencí. Aparte, a él le gusta; es un provocador. En el caso del jefe guerrillero del ERPI, Ramiro, lo que me interesaba era la mezcla de narcotráfico y ejército en la selva de Guerrero. Simplemente pedí ampliar la información sobre lo que estaba pasando ahí y Miguel Ángel Félix Gallardo quiso contar su versión de cómo era el narco cuando él estaba libre. Todos son personajes que viven en una situación límite: un guerrillero, el hijo de un capo, un narcoempresario. Son los extremos, no es “gente normal”, es el tipo de personas que yo busco para mis trabajos y con el que me identifico.

¿Mauricio Fernández es como esos empresarios-políticos que sólo se dan ínfulas de lo que saben?

Si, pero de una clase distinta. Es como un príncipe en Monterrey. Viene de la familia más importante, de los Garza Sada. Su franqueza es inusual en este mundillo político. En Gatopardo escribí un perfil suyo con cosas duras y hasta ahora no me ha reclamado. El confió en mí y así como en el amor, según el escritor cubano Eliseo Alberto también existe la amistad a primera vista.

A menos que te enamoraras de tu fuente.

Se tiene que andar con mucho cuidado. Si yo hago un reportaje y me enamoro de una entrevistada, me importa un comino el reportaje.

Ese tema sería complicado.

Me han llegado correos electrónicos, casi todos los días, relacionados con la familia Carrillo Fuentes, para precisarme un dato del libro y decirme que tal cosa que yo digo fue distinta. Me dicen que el libro les gustó y hasta me han llegado varios e-mails de una tal Alejandra Beltrán Leyva: dice que es mi admiradora y que está enamorada de mí. Yo no la conozco y nunca le contesto. Sería muy intenso enamorarse de alguien de ese modo.

¿Qué diferencia encuentras entre el modus operandi de los antiguos capos, como los Caro Quintero o Miguel Ángel Félix Gallardo, y el de las células que han surgido a raíz de los cárteles originales?

El contexto en que trabajaban aquellos capos se encontraba controlado por un grupo más definido. Estaba el régimen autoritario priísta. Había un bando policíaco más claro y un mayor control. Hoy vemos que el poder está disperso. El presidente no tiene la fuerza de sus predecesores de hace veinte años. De todo eso se derivaron estructuras muy claras. Antes, tú sabías con quién ibas para pagar el cargamento de droga. Ahora hay gobernadores muy poderosos, hay empresarios de una influencia fuerte y eso hace que el narcotráfico haya pasado de un monopolio pacífico a un oligopolio violento en el que hay grupos que quieren participar por su cuenta, como Los Zetas que es un grupo rebelde e independiente.

¿Es como narcotráfico free lance?

Si, algo así. Los Beltrán Leyva trabajaron para el Chapo y los Carrillo también y después surgen Los Zetas que se salen de ciertos códigos inescritos del mundo del narcotráfico. Las escisiones nutren a nuevos grupos en este contexto actual de competencia.

¿Cuáles son esos códigos inescritos?

Es como que tienes que conseguir un aval de un viejo capo para que los colombianos te surtan de droga. Esa es la clave del negocio. Los Zetas: no se han consolidado como los de Sinaloa, porque no tienen la confianza de los proveedores colombianos de cocaína y ellos necesitan un respaldo. Pasa lo mismo con los compradores norteamericanos, son relaciones de confianza. No puedes soltar cinco toneladas de cocaína a una empresa nueva si no existen garantías. Hay viejos policías y abogados que en buena parte son los agentes encargados de cobrar el impuesto que pagan los empresarios del narco para trasladar su producto ilegal y ya están muy metidos en ese mundo.

En el libro mencionas los tipos extremos de penalización de las drogas: mientras en Singapur se castiga con la muerte, en Vancouver está permitido sembrar marihuana. ¿Existe alguna alternativa intermedia en México?

Hay todo un horizonte por descubrir. Esos son los modelos extremos. Aunque en Vancouver no está permitida la compra de marihuana, sucede una cosa extraña: puedes fumar mas no comprar. Hay un mercado que sigue siendo ilegal, pero la gente la siembra y eso evita el monopolio; puedes fumarla en tu casa o en cafés especiales. Todo depende de un contexto internacional. México no puede despenalizar las drogas solo, porque está en medio de una realidad que comparte con Colombia y diversos países centroamericanos y sudamericanos. Si la despenalización no se resuelve en conjunto, lo que haga México terminará por provocar mayores conflictos.

¿A los Estados Unidos les convendría una despenalización en México?

Sí. En California hay, por ejemplo, un grupo republicano cercano al gobernador Schwarzenegger que está promoviendo la legalización de la marihuana; pero al hacerlo, chocaría con una fuente de ingresos grande. A mí me daría más miedo escribir sobre la legalización de las drogas que sobre la historia de un cártel y sus movimientos. Estoy consciente de lo que escribo.

Publicado en la página de La Mosca en la red

lunes, octubre 18, 2010

Wally perdido en el Corona Capital


Fotos: Alejandro Godinez-Clasos

En México se vuelve cada vez más común la costumbre de organizar festivales masivos de música, pero a pesar de la apertura que se ha logrado con los espacios para el rock en este país, a veces el afán lucrativo supera el espíritu melómano y en el caso de otros festivales, como Manifest, Motorockr, Zero Fest y el desastroso Colmena en los alrededores de Tepoztlán, sólo tienen una o dos ediciones y han desaparecido fortuitamente.

En el caso del Corona Capital parecía lograr una pequeña utopía: juntar en un mismo escenario a dos leyendas como los ingleses ochenteros de Echo and the Bunnymen y a los anhelados Pixies. Y si a eso le agregamos un cartel conformado por más de 10 bandas indie nacionales y extranjeras como Delphic, The Temper Trap, Chikita Violenta, Dapuntobeat, Adanowsky y otras más populares como Interpol, James, la exquisita revelación rusa de Regina Spektor y como si no fuera suficiente, la cerveza “más vendida en el mundo” la propuesta se volvía sustanciosa, pero…

Como pretendiendo ser una especie de “Festival Coachella” región 4, el concierto se celebró en un lugar diferente: la curva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez donde en años anteriores compitieron en carreras de Fórmula 1 Ayrton Senna y Michael Schumacher. Esta vez el asfalto lo ocupaban miles de chicos de entre 20 y 25 años de atuendos unisex con coloridas camisas de cuadros, lentes retro o de pasta, conocidos como hipsters que se congregaban para rendir tributo a Minus the Bear, Dirty Karma y todas esas bandas independientes que no vivieron la era dorada del CD vendido a granel y los discos de oro, hoy convertidos a mp3 descargables.

En todo momento la señal de celular estuvo bloqueada, por lo que la búsqueda de los amigos se convirtió en una proeza estilo “¿Dónde está Wally?” encarnado en la vida real, unos decían que eran 60 mil los asistentes, otros 80 mil en un espacio pequeño y soleado por la tarde, frío y escasamente iluminado por la noche, pero eso sí: había albercas improvisadas para los que desearan darse un chapuzón, la idea de las playas artificiales de Marcelo Ebrard tuvo repercusión no sólo en Semana Santa.

Aunque los celulares inservibles y el exceso de gente no impidió que entre los headliners del escenario Corona como Regina Spektor explayaran su arsenal por primera vez en México ante un público que lucía conmovido cuando cantó con una puesta de sol y una bandera inglesa que no dejaba de ondear, “On the radio”, “Fidelity” y “Samson” que casi le arranca las lagrimas a esta reportera. James, que en los noventa brilló con “She’s a star” y “Say something” regresó tras dos años de ausencia. Tim Boothe, el vocalista, tuvo la buena puntada de declarar que era un honor para ellos tocar después que Miss Spektor y antes que The Pixies y para cerrar su acto dejó que decenas de fans se treparan al escenario para cantar “Laid” al unísono. Y de ahí, a correr al escenario Capital a ver a Interpol.

Para muchos, la banda de Paul Banks suena cada vez más oscura y los buenos tiempos de “Antics” y “Turn on the bright lights” parecen cada vez más lejanos, el sonido no les favoreció con “C’mere” o “Evil” ni aun cuando Banks con su buen acento en español hablara a la concurrencia, recordemos que vivió un tiempo en México. Así que, a correr de nuevo al escenario principal para ver a The Pixies.

¿Por qué esperar años para ver en directo a Black Francis y sus cómplices? Tanta era la expectativa por conocer la rola abridora que hasta algunos hacían apuestas, finalmente “Bone machine” se escuchó y después vendrían “Wave of mutilation”, “Monkey gone to heaven”, “La la love you”, “Caribou” y su propio homenaje a “Un perro andaluz” de Luis Buñuel: “Debaser”. “Nunca habíamos tocado en México”, decía la bajista Kim Deal a su compañero Francis que respondió en español: “Sí, sí, sí, estoy muy emocionado”. Tras un encore y gritos exacerbados como “¡El papá de Kurt Cobain! sonó la esperada “Where is my mind?”. Tras concluir a las 11:30 pm e intentar salir del concurrido Autódromo para tomar un taxi o un microbús de 30 pesos, entre la oscuridad y el cansancio muchos no sabían donde había quedado su mente.

Twitter.com/@miriam_k_nales

Miriam K. Nales

Publicado hoy en la sección QRR de Milenio Diario.

jueves, octubre 14, 2010

"Boquete"


“Podemos cenar aquí, yo me estoy muriendo de hambre”, te dije.


Era martes por la noche, y curiosamente llovió algo fuerte. Curioso porque ya no es temporada de lluvias. ¿El lugar? Pabellón Altavista, al sur de la Ciudad.


No soy muy afecto a cenar en un Italianni’s, pero en este caso en particular era una Buena decision por dos razones: hay vinos baratos y estaba casi vacío. “Está bien, vamos”, respondiste.


Y como yo no te conozco y tú no me conoces entonces viene el chateo obligatorio. Que qué haces, qué si te gusta tu trabajo, que qué quieres en la vida, que qué bueno que has viajado, que quieres vivir en tal ciudad, que no eres la persona más abordable pero qué bueno que estás aquí. Lo normal, pues.


Excepto que a la mitad de la plática se comienza a escuchar como si alguien estuviera aventando arena por el ducto de la ventilación. La mesa justo en frente, que está comiendo bajo el ducto, comienza a ponerse nerviosa. Los meseros no saben qué hacer.


Y después de la arena se escucha como si cayeran rocas. Rocas sobre un techo de plafón muy delgado.

Mala combinación. De plano los que están comiendo se mueven de lugar, lo más lejos possible, pegados a la puerta.


Más rocas, más ruido y con un sonido sordo, se abre un boquete:


Yo me río. La gente no tanto, pero da igual. Le pregunto al mesero si nos piensa dar una cortesía por el estrés que nos ha provocado. “Lo checo con el capi”, me dice. “Arriba están haciendo unas reparaciones en una peluquería y algo pasó. No se preocupen”.


El helado de chocolate sabe mejor si es gratis.


PD: Este texto no lo escribí yo ¿a poco no se habían dado cuenta?



Tomado del blog: www.appleboyok.blogspot.com


sábado, octubre 09, 2010

Un taxi rosa para una rosa


Como una apología al estilo de vida de Barbie, a partir del mes pasado circulan taxis pintados de rosa por las calles de la Ciudad de México; unidades que serán utilizadas y conducidas exclusivamente por mujeres. Aquí algunas opiniones de las usuarias acerca de este nuevo y feminista servicio.

La desventaja de usar un taxi es que algunos conductores tratan de ligarte, pueden asaltarte o llevar a cabo violaciones”, dice Magdalena preocupada cuando se le pregunta sobre el uso de taxis en una ciudad como el Distrito Federal. Durante el mes de agosto, la Secretaría de Transportes y Vialidad (Setravi) lanzó una convocatoria para prestar el servicio exclusivamente a mujeres que se pondría en marcha desde septiembre. La mayoría de las usuarias apoya el programa, no obstante algunas conductoras dudan de su eficacia.
En ciudades como Londres, Moscú, Beirut o Barcelona, de igual modo que en Puebla y próximamente en Querétaro, se ha empleado este servicio que espera aplicarse en el Distrito Federal para reducir los riesgos para las pasajeras que abordan taxis callejeros. A mediados de agosto se publicó la convocatoria en la Gaceta Oficial del DF sólo para concesionarios. Algunas de las usuarias opinan lo siguiente: “Los choferes hombres en general son descuidados, manejan mal y algunas veces son irrespetuosos con las mujeres. En ocasiones, contadas, he tomado taxis con mujeres choferes y me sentí más cómoda, me dio mucho gusto que haya sido así”. Explica Nadia, quien únicamente se traslada en unidades de sitio, nunca ha sufrido algún abuso sexual, excepto el de un choque que le provocó una lesión en el cuello y, a falta de seguro en el auto, no fue posible compensar sus gastos médicos. Se muestra a favor de la iniciativa, pero no cree que esta medida resuelva los problemas de corrupción en este medio de transporte.
Respecto al color de las unidades, se propuso el rosa para identificarlo con mayor facilidad. Mientras que algunas mujeres lo consideran un mal estereotipo, otras aseguran que así sería más reconocible. Sobre esto, Aimée opina: “¿Para qué el rosa? Las que lo vamos a usar somos mujeres, ni que se fueran a subir puras niñitas”. Otras como Magdalena apuestan a que este color sólo serviría como una referencia directa para los asaltantes: “La posibilidad de asalto sería la misma por la mujer taxista o mayor cuando los rateros de la calle identifiquen estos taxis más fácilmente al ser sólo dos mujeres a bordo”.
Por su parte, Lía también se muestra un poco escéptica compartiendo el automóvil con otra mujer: “Bueno, también puede haber mujeres que quieran robarte, pero creo que aun así daría más confianza en subirse al taxi. Corremos menos peligro que estando con hombre conductor y una pasajera... pero depende, también hay mujeres rateritas”.
En cuanto a María José, prefiere evitarlos después de cierta hora del día: “Evito tomar taxis de la calle después de las 8:00 pm, porque los asaltos ocurren alrededor de esta hora para obligarte a que saques dinero de un cajero, traerte dando vueltas y luego de las 12 volver a sacar el monto máximo”. Una de las tretas más comunes de las que ha sido víctima es cuando el conductor incurre en conversaciones invasivas y fuera de lugar.
En opinión de las pocas conductoras que operan en la capital, su postura es reacia a la aplicación del taxi rosa: “A mí no me conviene que sean sólo mujeres, porque así no saco, además, si nomás vamos dos solas, corremos más peligro”, explica Adda, quien desde hace 2 años labora como taxista. “Además, eso es sólo para quienes ya tengan concesión, porque yo tendría que pintar mi carro y me sale en 7 mil pesos; también supe que daban cursos de derechos humanos. ¿Yo para qué quiero eso?”.
Según datos obtenidos de la Setravi, hasta la última semana de septiembre la convocatoria del taxi rosa continuaba abierta y desconocían la fecha de cierre. Sin embargo, únicamente aplica para los que ya cuenten con una concesión y no se puede otorgar una nueva, las últimas fueron en 2008. El costo de un tarjetón es de 1,031 pesos y el de la placa 28 mil. Se indagó sobre los cursos de derechos humanos, pero no se dio información, excepto que se imparten otros sobre normatividad y capacitación con valor de 300 pesos, mientras que por el examen médico y el de manejo son otros 350 y 300 pesos, respectivamente, todo por cuenta del aspirante.
Miriam K.Nalez
Publicado el 7 de octubre de 2010 en la sección "El ángel exterminador" en Milenio Diario.

lunes, octubre 04, 2010

Retratos del amor por la fauna defeña

¡Maltrato animal al código penal!” “¡El perro amarrado parece un esclavo!” “¡El que no brinque es torero, el que no brinque es torero!” Estas y otras arengas se manifestaron durante la marcha en el Ángel de la Independencia celebrando el Día Internacional de los Animales. En el Paseo de la Reforma se desplazó un zoológico humano con disfraces de animales salvajes y mascotas, en su mayoría perros.

“A los animales no se les debería llamar así sino simplemente mascotas, yo tengo dos perritas y son como parte de mi familia”, explica Juan Cervantes, Basurín, un veterano corredor de maratones que acudió a la marcha ataviado con un disfraz hecho de basura en el que promueve los valores ecológicos.

Originalmente la marcha terminaría en el Zócalo capitalino, pero la ruta cambió hacia la Alameda central y recorrió un solo carril de Reforma en medio de los ciclistas dominicales. Algunos marchistas cargaron consigo animales de peluche y otros acompañados de perros de todas las razas: chihuahua, pastor alemán y mastín, con nombres extravagantes como Fido, la omnipresente botarga de la marcha, Chispa, Maggie, Janis, Maya —una perra con suéter de las Chivas—, y Frida, perrita motociclista con chaqueta y cachucha de cuero Harley Davidson.

La organización no gubernamental Muro, con apenas tres meses de existencia, convocó este movimiento en el que su fundador Beto Castillo intenta crear conciencia sobre el cuidado animal entre la sociedad: “Se está haciendo un plan a largo plazo en el que se intervenga en las escuelas mediante la SEP para promover la no violencia”.

Explicó que se ha trabajado con el escaso equipo de la Brigada de Vigilancia Animal del Distrito Federal, que sólo cuenta con 12 elementos y 5 patrullas, las cuales ni siquiera pueden intervenir en los domicilios donde se violente a las mascotas. También Muro ha investigado compañías de productos químicos que pudieran haber sido probados en animales. Respecto al caso de las “albóndigas de exterminio” para perros en la colonia Condesa, manifestó que se llamó a la Secretaría de Salud para averiguarlo y sólo se trató de una falsa alarma para amedrentar a los dueños.

Twitter.com/@miriam_k_nales

Miriam K. Nales

Publicado hoy en la sección "QRR" de Milenio Diario.

Discurso de Jaime López para presentar el libro "Crónica Biciteka" de Georgina Hidalgo. (Producciones El Salario del Miedo, 2021.) Lugar: Fonda El Convite. Fecha: 20 de octubre de 2021.

              ACERCA DE LA CRÓNICA BICITEKA DE GEORGINA HIDALGO VIVAS                                                                     ...