jueves, octubre 31, 2013

El rock mexicano y una semablanza al fetichismo


Merece ser celebrado y rendirle pleitesía?, ¿o es un tema que ya no amerita mayor relevancia? Entre pequeñas joyas y franca basura, el Museo del Objeto presenta la exposición 'El rock en México 1955-2010, que compila piezas referenciales a lo largo de medio siglo.
México • Se dice que no existe un rock mexicano, sino “un rock hecho en México”. Aquí están todos y no lo están a la vez: los flecos y ojos pintados de Caifanes, las guitarras de Fobia y sus botes de leche, los mil y un álter ego de Rubén Albarrán de Café Tacvba, pero tampoco esperen encontrar la grabadora de la mamá de Alex Lora “para salir en la tele”. Del mainstream alunderground, lo clásico y lo sobrevalorado.
El Museo del Objeto gestó este proyecto en un lapso de ocho meses asociándose al Instituto de la Juventud y su directora, María Fernanda Olvera; convocaron a una serie de músicos, coleccionistas y especializados en el tema del rock mexicano como la investigadora Julia Palacios, bajo la curaduría de Graciela Kasep, historiadora y miembro del equipo del Museo de Arte Carrillo Gil: “Sabemos que hay huecos, quisimos traer más objetos de Tijuana, Monterrey o Guadalajara, pero los recursos no lo permitían. Este es un primer intento desde el ámbito museístico para reconstruir la historia del rock”. No se dio información sobre su costo.
Hay muchos aciertos y elementos cuestionables y sobreestimados. En la primera sala conviven los baladistas y rocanroleros como César Costa y sus suéteres, Julissa y sus patines, discos de vinil de Los locos del ritmo y Los Sinners, la presencia de los Teen Tops, Enrique Guzmán y Baby Batiz. Algunos ejemplares de revistas pioneras como Pop México Canta también conforman esta génesis.
Otros periodistas y escritores imprescindibles como Parménides García Saldaña y José Agustín también se incluyen en Piedra rodante y sendos libros como La nueva música clásica Pasto verde. Parte de la bibliografía para esta investigación fueron libros como Guaraches de ante azulde Federico Arana, El otro rock mexicano de David Cortés y Rupestre de Jorge Pantoja, aunque no se exhiben ejemplares, uno casi inadvertido de La Mosca en la pared también se incluye, cuyo editor, Hugo García Michel, no fue convocado; revistas como Conecte son otra referencia, pero están ausentes copias de SonidoLa Pus ModernaBanda rockera o La Regla Rota como muestra del periodismo musical entre los años 70 y 80. ¿Tendrían en un futuro la misma trascendencia publicaciones como Frente Warp, también mostradas aquí? Es meritorio haber obtenido una copia del oficio enviado por la Dirección General de Seguridad de la época reportando “las conductas inmorales” del Festival de Avándaro y el manifiesto rupestre de figuras como Rockdrigo González.
Una sala subterránea se dedica un gran espacio a exhibir pares de tenis, patrocinados por una marca internacional, a la par de discos de bandas extranjeras como U2, Mötley Crue y Guns n’ Roses, que nada tienen que ver con México. Un lugar prescindible que solo desvía la atención de la cronología. No hay que olvidar los foros importantes como el Tianguis del Chopo con mayor crédito que cualquier festival como el Vive Latino.
Es de resaltarse que en la tienda del museo se comercializan algunos souvenirs con el nombre y viñetas de algunas bandas como El Personal hechas por una empresa de diseño gráfico llamada “In_dice”. A decir de algunos de sus músicos integrantes como Andrés Haro, nunca se pidió autorización ni hubo negociaciones. Paulina Newman, directora del museo, explicó: “No los diseñamos nosotros directamente, sino un proveedor que a eso se dedica. Tenemos un contrato de comprarles y ellos habrán hecho su investigación.Yo supongo que la empresa que nos ofreció los productos lo ha de haber negociado, pero no conozco sus procesos. Nosotros estábamos más enfocados a la exposición y lo que hacemos en la tienda es ofrecer a diseñadores mexicanos un punto de venta”.
En la sala de la escena más actual se ostentan otros objetos de valor discutible. ¿Qué representarían históricamente un vestido de Carla Morrison, unas figuras de juguete de Panda, o un perfume de Denise Gutiérrez de Hello Seahorse? El Instituto Mexicano del Sonido aportó un teclado desvencijado. ¿Acaso no tenía otro de mejor calidad?
Es de extrañarse la ausencia de algún elemento gráfico de bandas tapatías como Maná y El Personal y sí predominan otras de menor relevancia como Bon y los enemigos del silencio o IMS, donde han estado involucrados los hermanos Marcelo y Camilo Lara, contribuyentes en esta exposición. Graciela Kasep comenta: “También forman parte de la historia. Creo que en ningún momento tratamos de darle más peso a un artista que otro y buscamos un equilibrio. Aquí no era que una persona dictara o le diéramos más importancia”.
Mientras que el ego de algunos roqueros impera por los recovecos de las salas y otros ni siquiera se inmutan en aparecer, el rock mexicano resulta complejo de describir y cotejar en un espacio limitado. No hay un punto final a la historia y ésta seguirá escribiéndose desde proyectos modestos y grandes mafias.

domingo, octubre 27, 2013

Heroin



Puedo hablar mucho de canciones como ésta, de lo que me hizo sentir cuando tenía 17 años, de lo que vivía por ese entonces y el oscuro mundo en el que me sumergí debido a ello...

...pero eso no es relevante, ¡Adiós y gracias por tu música Lou!

lunes, octubre 21, 2013

Changorama y el discurso políticamente correcto

"Eso de que el voto tiene que ser secreto a mí se me hace un poco arbitrario, no debe ser comprado, vendido o manipulado para obligarte a cambiarlo, tiene que ser público", dice Zaratustra Vázquez.
México • Muchos aspiran a formar su propia banda de rock emulando a anglosajones. Ellos prefieren la cumbia y el placer de bailarla, la herencia de los sonideros populares defeños y lanzar una arenga social. México está inmerso en una situación complicada, Changorama no se lo calla y lo escupe a través de su música.
“¡México!, ¡la lucha sigue!” El ritmo de Zaratustra Vázquez (teclado, voz y producción), Rafael Couto (audio), Diego Ibáñez (bajo), Raymundo Machado (batería) y David Somellera (voz) es una diatriba, un clamor o un discurso trasnochado. Su sonido no es el de la cumbia convencional y ortodoxa, se inclina hacia un lado más oscuro y lento, repleto de audios extraídos de programas de televisión, noticieros y discursos políticos. El caldo de cultivo: la Ciudad de México, donde se originaron en 2007 después de que Zaratustra Vázquez (ZV) vivió una temporada en el puerto de Veracruz influenciado por su ambiente. Changorama ha llegado hasta Estados Unidos y Europa, pero hasta el año pasado lanzaron su álbum Los padres de la patria. (Discos Intolerancia). El panorama social lo aqueja, lo integra como un elemento más de su espectáculo y lo demuestra con canciones como “Voto del cómplice”, “Cumbia del informe”, “Victoria fría” y “2009”.
La mayoría solo quiere hacer una banda de rock ¿En tu caso por qué elegiste precisamente la cumbia, sobre todo en una región donde no es tan común, como el Distrito Federal, y sí lo es más en el norte?
ZV: Yo no estaría muy de acuerdo con que es más del norte. El chilango es muy cumbianberosegún las delegaciones, la misma Cuauhtémoc lo es; se goza sin estar limitado al prejuicio social. Ésta es la misma pregunta de por qué el hip hop, por qué rockabilly o por qué el brit pop brother. Me gusta que tiene este “tsssss”. Es una música con pretensiones bien planteadas, no requiere este virtuosismo del cantante o del ejecutante de la salsa. Me gusta bailarla con mis amigos. Nunca fui mucho de música electrónica, pero encuentro este asunto de lo ritual como inducir al viaje. La oíamos y quisimos apoyarla, difundirla, gozando de nuestra adultez consciente. Me hace feliz.
¿Qué opinas de estas fusiones que ha habido entre el rock y la cumbia, como el caso del homenaje a Los Ángeles Azules?, ¿estás de acuerdo?
ZV: Bueno, José José tampoco es una banda de rock, ni Sandro de América; los rockeros le dijeron: “¡Nos abandonaste!” y se le hizo un tributo. En México se le hace un tributo a los muertos, cabrón. ¿Por qué entonces no hacerle uno a una banda que ha hecho bailar a más gente que muchos? No sé qué creen los críticos que es fusión o que es relevante que ellos piensen o no que valga la pena. Eso lo dice la gente en los pies, en los corazones y las mentes. Yo apoyo la apertura en lo que escuchas con la música. Ya después de eso lo que te diga tu mente y tu corazón. El rock viene del blues y el son jarocho del esclavo. ¡Hay que aglomerar mentes y corazones!
Cuéntame de la canción “2009”, utilizada en un spot con la voz de Gloria Trevi…
ZV: Ah sí, ése que dice que “para qué preocuparte si toda tu vida has estado trabajando”. ¿De qué te espantas si siempre has estado jodido? (ríe). Se lee con muy poquitas líneas. En “2009” suena también un programa de televisión de concursos donde tratan al participante como un niño de 4 años. No es culpa de él no saber las respuestas de las preguntas. Las televisoras tienen oportunidad de dar información, reflexión, posición crítica y me llama la atención que hacen una pregunta que su manera de resolverlo es tratar a la gente como idiota. El conocimiento nos vale verga. Es esa actitud de hacerle pensar a la gente que los medios tienen una relación con el conocimiento y la cultura y ese audio se me hace valiosísimo. ¡Sobremanera!
¿Quieres dar un mensaje mediante tu música?
ZV: Sí, pero el mensaje es como que parece que nos ha formado a los que lo integramos y simplemente es favorecer la visión crítica de las personas. Yo emití un voto en las elecciones de 2012 pero en realidad no estuve con Changorama diciendo: “vota por tal, vota por tal”. Uno tiene que ejercer con responsabilidad. Solo piensa por qué es importante. Piensa nuestra historia, lo que nos dicen, la condición crítica, eso para mí sería un mensaje que quiero dar.
¿Puedo saber por quién votaste?, ¿o el voto es libre y secreto?
ZV: Yo voté por López Obrador. Eso de que el voto tiene que ser secreto a mí se me hace un poco arbitrario, no debe ser comprado, vendido o manipulado para obligarte a cambiarlo, tiene que ser público, así la gente se pone a votar y uno de los dos cambiará de bando.
¿Algo más que desees añadir?
ZV: ¡Cumbia y patria!
¿O “haz patria y baila cumbia”?
ZV: La patria ya está hecha, el chiste es que nos pongamos de acuerdo para encauzarla a un buen puerto. Con todo lo que ha sucedido últimamente tantos mexicanos están comprados o a la venta. Para mí eso sí es la corrupción. Los mexicanos que ya están vendidos es más dañino. ¡Ahí es donde la patria se vende!
Así hablaba Zaratustra… Vázquez.
@miricaiba

domingo, octubre 20, 2013

Nueva colaboración en Replicante (octubre 2013)

CORONA CAPITAL: MÚSICA Y AMBICIONES

Nuestro Coachella...

En cuarenta años se pasó de la prohibición de Avándaro al hipsterismo del Corona, el festival donde se huele más perfume caro que marihuana y donde la vanidad, la moda y la imagen de los asistentes importan tanto —o más— que las mismas bandas.
Moroder en el Corona Capital. Foto cortesía RMX.
Moroder en el Corona Capital. Foto cortesía RMX.
Festivales han ido y venido con diferentes sedes y patrocinadores. Quedaron en el pasado otros como el Manifest, Motorockr y el MxBeat que tuvieron un buen comienzo, pero por falta de presupuesto, de asistencia o de permisos fueron cancelados. Lo que ha logrado el Corona es transformar a la capital chilanga en una juerga de fin de semana que busca cimentarse con fiestas en bares del Centro Histórico y la zona Roma-Condesa desde el jueves y viernes previos y conciertos posteriores. Sólo para hígados, tímpanos y bolsillos resistentes. Si se le colocara un tapanco probablemente sería el antro de moda más extenso de la actualidad capitalina.
Un gran acierto del Corona Capital es haber reunido a grupos ya desintegrados, o que nunca habían tocado en México, como OMD, Suede, The Pixies, Echo and the Bunnymen, New Order, Portishead, y cobrar una cantidad razonable por entrar. Aunque en un lapso de tres años ésta se ha incrementado —en 2010 resultaba una ganga pagar 650 pesos, a diferencia de los 900 de la actualidad… más recargos—, cada banda tendría un costo aproximado de treinta pesos cada una.
Un gran acierto del Corona Capital es haber reunido a grupos ya desintegrados, o que nunca habían tocado en México, como OMD, Suede, The Pixies, Echo and the Bunnymen, New Order, Portishead, y cobrar una cantidad razonable por entrar.
Desde entonces también ha variado su duración, que se ha extendido a dos días, y no sería de sorprender que en 2014 abarque un fin de semana completo desde el viernes. Tal estrategia comercial se ha aplicado también en el Vive Latino, donde la “esencia” hispana ha ido a la baja al integrar a más extranjeros comoheadliners. La rivalidad se vuelve más feroz, ¡perfecto!, que haya competencia entre las principales cerveceras con tal de que ofrezcan conciertos de calidad, a diferencia de los ochenta y sus absurdas restricciones para los conciertos de rock. ¿Acaso no fueron sueños guajiros escuchar en México durante su apogeo canciones como “Blue Monday”, “Enola Gay” o “Where is my Mind?”
Miley Miley... Foto Miriam Canales.
Miley Miley… Foto Miriam Canales.
A diferencia del Vive Latino, en el Corona no se entrometen cantantes cursis como Carla Morrison ni híbridos forzados como Los Ángeles Azules y su padrino Camilo Lara con su proyecto IMS —¡todavía no!, aunque ahora pretenden alternar con orquesta, para “experimentar” y promover la “tolerancia musical”, así que vayan preparándose—. Ninguno de esos dos festivales estuvo exento de cancelaciones y este año se retractaron Conor Oberst y Death Grips; el dj español John Talabot tuvo miedo de la inseguridad mexicana —no lo culpamos— tras el secuestro virtual de la banda vasca Delorean, de cuya inocencia muchos quedaron sorprendidos por haber caído en la trampa de unos maleantes. Al final nadie extrañó la presencia de Fun y su one hit wonder: “We are young” (de todos modos ¿cómo se les ocurrió programarlos antes de Sigur Rós?) ni a Squarepusher después de bailar con un anciano Giorgio Moroder ya semi-retirado que nunca había hecho dj sets y al que los hipsters adolescentes conocieron gracias a Daft Punk. Muy orondo, presumió su esmerado acento castellano junto a su esposa Francisca, de origen jalisciense. El beso voyeurista a la mexicana fue aclamado por la multitud. “My name is Giovanni Giorgio, but everybody calls me Giorgio”. Una frase para la posteridad, sin duda.
Sigur Rós regresó a México después de un lustro; se borró el amargo recuerdo del catastrófico festival Colmena allá en junio de 2008 en Tepoztlán. La pésima organización de la empresa de bajo rango Dos Abejas no supo prevenir las consecuencias y, cual coitus interruptus, se suspendió la presentación de manera vergonzosa a los 45 minutos pues el baterista Orri Pall Dyrasson tuvo un problema de salud en el escenario. Lo peor ocurrió al tratar de controlar a la multitud que se dispersó a oscuras sobre una terracería estrecha insegura y alejada del transporte auspiciado por el mismo festival. Quizá un hoyo fonky hubiera sido menos peligroso. “¡Vuelve Ocesa!”, gritaron algunos asistentes en ese entonces. De esa forma les dieron una lección sobre quién es el amo y señor de los conciertos masivos en México.
Mexican Borat. Foto Miriam Canales.
Mexican Borat. Foto Miriam Canales.
Soporífera y extraña para algunos, la música de Jonsi y compañía está en otro nivel y lo cierto es que Sigur Ros tiene un lugar en el corazón de los que no hablamos ni una palabra en islandés o de ese idioma inventado.
“Ojalá fuera 1979”. Algunos hubiesen deseado ver a Deborah Harry en su faceta joven y sensual con Blondie. A sus casi setenta años, la dama del new wave demostró que aún le queda vigor sobre el escenario, pero no es la misma cachondería desbordante ni la misma piel lozana ni la voz potente de aquellos tiempos en Nueva York, a diferencia de talentos más frescos y prometedores como la canadiense Grimes o M.I.A. —hoy con sello de Madonna—, que se presentó con su deleitante suciedad. La gran falla del festival fue un sonido estridente y de mala calidad en el estrecho escenario Bizco Club. Crystal Method no resultó tan impactante en medio de una audiencia escasa. The XX, con muy hábiles instrumentistas aunque una presencia monótona por momentos.
A sus casi setenta años, la dama del new wave demostró que aún le queda vigor sobre el escenario, pero no es la misma cachondería desbordante ni la misma piel lozana ni la voz potente de aquellos tiempos en Nueva York, a diferencia de talentos más frescos y prometedores como la canadiense Grimes o M.I.A., que se presentó con su deleitante suciedad.
No faltaron los que en medio de la marabunta mostraron su excentricidad, como un exhibicionista que se paseaba en traje de baño al estilo de Borat mientras tocaba Travis o un meme de la infame Miley Cyrus, más decenas de escotes, shorts y minifaldas en medio de cien atronadores decibeles en cada escenario. Otros alegaban que el cartel del año pasado había sido mejor.
Al final muchos más quedaron satisfechos: los posers que buscaban la fotografía en medios y redes sociales a toda costa, los que fumaban marihuana y bebían hasta vomitar, el negocio de las cervezas a noventa pesos y los que terminaron lanzándolas sobre cabezas desprevenidas; los aventurados que emprendieron un viaje desde otras ciudades y volvieron con resaca musical. Nuestro “Coachella a la mexicana” aún se mantiene potente. ®

viernes, octubre 04, 2013

The spell of Leonard Cohen (Traducción al inglés de Helen Ketcham)

Sunday • September 29, 2013 - 2:46 a.m. - Miriam Canales



This past September 15 there was a performance at the London 02 Arena by the Canadian singer-songwriter, who at nearly 80 years of age still seduces both the fans who have followed him since the sixties and those who are just discovering him with his unique voice, his songs and his music.

London • It was believed that the show was over, that his life was heading toward a Buddhist monastery, but fate - or the embezzlement by his ex-manager-- steered him again onto the musical highway to continue offering concerts around the world. First he had conquered Manhattan, then Berlin ... and this time London, at the O2 Arena.

"I don’t know when we will meet again, but tonight we’ll give you everything we got." Cohen spoke sincerely at the beginning of his only date in that city before heading to the Netherlands and Australia, promoting his 2012 album Old Ideas during autumn. Latin America is not in his geographic plans. His advanced age or his desire to leave his suit and tie for meditation could once again divert him from his musical vocation, as it did in the mid -nineties. That night belonged to him and he would make it fall in love with him and trap it with his best weapon: his voice.

During those days the British capital was enfolded in cold, rain, news about the threatened invasion of Syria and the premiere of the biopic of Princess Diana and the scandalous monarchy, fertile ground for gossip. The dizzying and omnipresent tourism pervaded the city everywhere despite the bad weather and the end of the high season. It was on a September 15th that Mexico celebrated its Grito de Independencia, and listening to Cohen in the UK was the least patriotic thing imaginable. Maybe his ancient and loyal followers should thank Kelley Lynch, his former manager, for stealing all his assets and fleeing, forcing him to return to the stage to regain his status and earn the right to be a monk.

***

"Dance me to the end of love" was the first song that emerged from his experienced throat to make the tears of some attendees spill over, and it did not stop for the next three hours. It began at 7:45 pm and at 10:20 pm; after 27 songs, it seemed the finale would never arrive. In Mexico City, The Cure achieved a similar feat during their performance in April at the Foro Sol. Cohen is 25 years older than Robert Smith and is able to undertake a concert of long proportions, but with 39 minutes intermission. He seemed not to want to say goodbye to a town where his recitals have been numerous, but more and more sporadic. In Mexico there has never been any hint of his lights ... and all indications are that there never will be.

The Canadian singer, who turned 79 last September 21, is full of vitality: frail in appearance, but with a powerful voice able to move and excite an audience mostly of middle age. It was not a conventional rock concert, nor was it aimed at young people who in Mexican circumstances would make all kinds of noise. Nothing of stridency or racket ... at least until the second half, after intermission, when the euphoria exploded and some people shouted words like "I love you!" Still others imitated his wardrobe, and black hats and ties predominated. The English veterans are phlegmatic and serious and need a little beer to relax and put shyness aside, unlike the younger and more casual audience that welcomed him in the spring of 2008 during his performance at the Coachella Festival in Indio, California, when he was newly returned to the stage. Awards such as the Prince of Asturias prize for literature were awaiting his collection three years later.

They are not "old ideas," but a renewal of his career and a series of new songs waiting to be played and remembered alongside his old anthems like "Hallelujah," "Take this waltz" or the perennial "Suzanne." On Old Ideas one can find finely crafted and sophisticated songs such as the initial "Darkness" or "Come Healing" and his sweet female choirs and portentous ballads like "Going Home" and "Amen:" "Tell me again when I'm clean and sober / Tell me again When I've seen through the horror / Tell me again, tell me over and over / tell me that you want me then / Amen, amen." 

Cohen is neither English nor an irreverent rocker, but he has been a strong influence for many of them and for some of his contemporaries who have almost reached his age under more extreme and libertine conditions, such as the Rolling Stones. Bands like U2 or REM have paid homage on albums like I'm Your Fan (1991). Other veteran acts have done recent concerts on British soil, such as Roger Waters with a new facet of The Wall tour, as well as Neil Young and Bruce Springsteen. Perhaps had he not died 20 years ago, his contemporary Serge Gainsbourg might have reached his level. Canada has continued to be present on the scene with newer artists like Justin Bieber, Grimes and the band Arcade Fire for different audiences, youth or even hipsters who cannot ignore the image of their godfather even though they do not share the same musical current.

***

What moves us today when we see Cohen if he is not the fashionable artist and he has not made adjustments to new trends to please young people? Maybe it’s only a little bit of nostalgia, appreciating a masterpiece made by a real artist or just the feeling of knowing that at any moment it will be the last time you're standing, singing and filling stadiums for not inconsiderable amounts of money—such as a £ 70 ticket, and a trip of over 11 hours on unpredictable flights and airlines with questionable services. Listening to him then implies a price beyond economics, but a huge reward, like a rite of passage.

The O2 Arena has great dimensions; it would have hosted one of the concerts on the farewell tour of Michael Jackson, scheduled in July 2009, had it not been for his untimely death. To get there you need to use the Metro (Underground, as it is called in London) and get off at the North Greenwich station, which despite the rain and cold is quick and orderly when receiving crowds. In September, the reunion of Fleetwood Mac was also expected in the same location, but Cohen transformed it that night into a small intimate place, like the living room of a house where old friends get together who have stopped seeing each other frequently.

At certain intervals he took the opportunity to recite some of his poems in an atmosphere of calm, melancholy and a touch of subtle sensuality. "Like a bird on a wire, like a drunk in a midnight choir, I have tried in my way to be free." Lyrics from "Bird on a wire .”.

The songs of this Canadian emanate mixed feelings. Although he maintains little eye contact with the audience, he prostrates himself before it by way of reverence, reflecting his passion and gratitude. "Thank you for not going home," he said. Cohen has a dry sense of humor to joke; he can be funny without losing an iota of seriousness. "You think this is the best that I can do? Then watch this!" He was referring to his impetuous style of playing the keyboard with his elbow while the English public burst into laughter and celebrated his jocularity. His years are not an obstacle if it is a matter of a joke ... neither is the distance between Mexico and Britain to see him. "Everybody knows" is remembered for the scenes of the film Exotica in which the actress Mia Kirschner danced in a schoolgirl uniform and Cohen's voice served as a leitmotif accompanying her.

***

Love and women are another fundamental piece of his history, songs and muses that have come through his life such as "Suzanne," inspired by Suzanne Verdal, the wife of sculptor Armand Vaillancourt, and " So Long, Marianne " created by the influence of Marianne Jensen, "the most beautiful woman he had known" whom he found on his way through the Greek island of Hydra in his transition from poet to singer. His relationship with actress Rebecca de Mornay seems to have left no trace or homage ... or his film career, either, although the memory of Janis Joplin did, and her song "Chelsea Hotel."

The band accompanying Cohen on this tour consists of musicians of different nationalities, not well known but skilled and experienced, such as American bassist Roscoe Beck, the chorus of deep and enveloping voices: Sharon Robinson and the English sisters Charley and Hattie Webb, Spanish guitarist Javier Mas, the Moldovan Alexandru Bublitchi, whom he addressed as "the best violinist in the world," and percussionist Rafael Bernardo Gayol, originally from Mexico City and raised in Los Angeles, who has participated in groups such as Tito & Tarantula and movie soundtracks such as Sin City and Kill Bill Vol. Two. Some younger than others and some newcomers he has met through festivals such as San Remo. On that night of memories and new things their skillful instruments played both the classic notes of "I'm Your Man," "Tower of Song," "First We Take Manhattan" and "Lover, Lover, Lover" as well as the recently premiered songs in search of transcendence.

What will become of the life of Leonard Cohen in subsequent years when he crosses the octogenarian threshold? Maybe it is random chance, bad turns, his failed relationships and the deceptions of treacherous managers that have led him to continue achieving triumphs now, beyond his old Mediterranean utopia of the sixties of living on a Greek island writing poetry. Even so, today demonstrates that the power of his voice is still able to cast a spell and cause tears and joy for some women moved by its present strength. Time does not pass in vain, but he is still "our man."

El hechizo de Leonard Cohen

Publicado el domingo 29 de septiembre en el suplemento dominical de Milenio Diario

El hechizo de Leonard Cohen

DOMINICAL • 
El 15 de septiembre pasado se presentó en la 02 Arena londinense el cantautor canadiense, quien a sus casi 80 años aún seduce con su inigualable voz, sus canciones y su música tanto a los fans que lo han seguido desde los años sesenta como a los que apenas lo descubren.

Londres  • Se creía que el espectáculo había terminado, que su vida se dirigía a un monasterio budista, pero el destino —o el desfalco de su ex representante— lo encausó de nuevo en el camino de la música para seguir ofreciendo conciertos alrededor del mundo. Primero había conquistado Manhattan, después Berlín… y en esta ocasión Londres, en el O2 Arena.
“No sé cuando volvamos a vernos, pero esta noche daremos todo lo que tenemos”. Se sinceró Cohen al inicio de su única fecha en esa ciudad para después dirigirse a Holanda y Australia y promover durante el otoño su disco de 2012 Old ideas. América Latina no figura entre sus planes geográficos. Su avanzada edad o sus deseos de dejar el traje y la corbata por la meditación podrían desviarlo una vez más de su vocación musical, como lo hizo a mediados de los noventa. Esa noche le pertenecía y debía enamorarla y atraparla con su mejor arma: su voz.
Durante esos días la capital británica se encontraba envuelta en frío, lluvia, noticias sobre la amenaza de invasión a Siria y el estreno de la película biográfica de Diana de Gales y la escandalosa monarquía fecunda en chismes. El turismo vertiginoso y omnipresente invadía por doquier la ciudad pese al mal clima y al fin de la temporada alta. Se trataba de un 15 de septiembre en que México celebraba su Grito de Independencia y escuchar a Cohen en el Reino Unido resultaba lo menos patriótico. Tal vez sus vetustos y fieles seguidores deberían agradecer a Kelley Lynch, su ex mánager, por fugarse robándole todo su patrimonio y obligándolo así a volver a los escenarios a recuperar su estatus y ganarse el derecho de ser monje.
***
“Dance me to the end of love” fue el primer tema que brotó de su experimentada garganta para verter las lágrimas de algunos asistentes y ya no detenerse en las siguientes tres horas. Inició a las 19:45 de la noche y a las 22:20, tras 27 canciones, el desenlace parecía nunca llegar. En el Distrito Federal, The Cure logró una hazaña semejante durante su presentación en abril en el Foro Sol. Cohen tiene 25 años más que Robert Smith y es capaz de emprender un concierto de largas proporciones, aunque con 39 minutos de intermedio. Sin deseos de despedirse de una ciudad donde sus recitales han sido numerosos, pero cada vez más esporádicos. En México nunca ha habido atisbo alguno de sus luces… y todo parece indicar que nunca lo habrá.
El cantante canadiense luce brioso a sus 79 años, que cumplió el 21 de septiembre pasado. De frágil apariencia, pero con una voz poderosa capaz de conmover y excitar a una audiencia de edad madura en su mayoría. No se trataba de un concierto convencional de rock, ni se dirigía a jovencitos que en circunstancias mexicanas harían todo tipo de escándalo. Nada de estridencia o barullo… al menos hasta la segunda mitad, después del intermedio, cuando la euforia explotó y algunos le gritaban palabras como “I love you!”. Otros más imitaban su indumentaria y los sombreros negros y corbatas predominaban. Los ingleses veteranos son flemáticos y serios y necesitan un poco de cerveza para explayarse y dejar a un lado la timidez, a diferencia del público más juvenil y desenfadado que lo recibió en la primavera de 2008 durante su presentación en el Festival Coachella de Indio, California, justo en su periodo de regreso. Galardones como el Príncipe de Asturias de las letras le aguardaban para su acervo tres años después.
No son “viejas ideas”, sino una renovación en su carrera y una serie de nuevas canciones que esperaban ser tocadas y rememoradas a la par de sus antiguos himnos como “Hallelujah”, “Take this waltz” o la perenne “Suzanne”. En Old ideas se pueden encontrar temas de alta factura y sofisticación como la inicial “Darkness” o “Come healing” y sus dulces coros femeninos y baladas portentosas como “Going home” y “Amen”: “Tell me again when I’m clean and sober/ Tell me again when I’ve seen through the horror/ Tell me again, tell me over and over/ tell me that you want me then/ Amen, amen”. (Dímelo de nuevo cuando esté sobrio y limpio, dímelo de nuevo cuando haya visto el horror, dime una y otra vez que me deseas. Amén).
Cohen no es inglés ni un rocker irreverente, pero ha sido una fuerte influencia para muchos de ellos y otros de sus contemporáneos que han estado a punto de alcanzar su edad en condiciones más extremas y libertinas como los Rolling Stones. Bandas como U2 o REM le han rendido pleitesía en álbumes como I’m your fan (1991). Otros longevos han ofrecido conciertos recientes en tierras británicas, como Roger Waters con una nueva faceta de la gira The Wall, también Neil Young y Bruce Springsteen. Tal vez de no haber muerto 20 años atrás, su coetáneo Serge Gainsbourg hubiera llegado a su mismo nivel. Canadá ha seguido presente en la escena con artistas más noveles como Justin Bieber, Grimes y la banda Arcade Fire para públicos distintos, juveniles o hasta hipsters que no pueden soslayar la imagen de su padrino aunque sin compartir la misma corriente musical.
***
¿Qué nos mueve hoy a ver a Cohen si tampoco se trata del artista de moda ni se ha reajustado a las nuevas tendencias para complacer a la juventud? Quizá solo sea un poco de nostalgia, el apreciar una obra maestra hecha por un auténtico artista o simplemente la sensación de saber que en cualquier momento será la última vez que esté de pie, cantando y llenando estadios por no módicas cantidades de dinero —como un boleto de 70 libras esterlinas— y un viaje de más de 11 horas en vuelos impredecibles y aerolíneas con servicios cuestionables. Escucharlo implica entonces un precio más allá de lo económico, pero una enorme recompensa, como un rito de paso.
El O2 Arena tiene grandes dimensiones, hubiese acogido uno de los conciertos de la gira de despedida de Michael Jackson, programada en julio de 2009, de no ser por su sorpresiva muerte. Para llegar se requiere utilizar el metro (underground, como se le llama en Londres) y bajar en la estación North Greenwich, que pese a la lluvia y el frío es ágil y ordenado recibiendo multitudes. En septiembre también se esperaba la reunión de Fleetwood Mac en ese mismo recinto, pero Cohen lo transformó esa noche en un lugar pequeño e íntimo, como la sala de una casa en la que se reúnen viejos amigos que han dejado de frecuentarse.
En algunos intervalos aprovechó para recitar varios de sus poemas en un ambiente de calma, melancolía y un toque de sutil sensualidad. “Like a bird on a wire, like a drunk in a midnight choir, I have tried in my way to be free”. (Como un pájaro sobre un cable, como en borracho en un coro de medianoche trato de encontrar la manera de liberarme”). Palabras de “Bird on a wire”.
Las canciones de este canadiense emanan sentimientos encontrados. Aunque mantiene poco contacto visual con el público, se postra hacia él a manera de reverencia, lo que denota su pasión y agradecimiento. “Gracias por no irse a su casa”, decía. Cohen tiene un seco sentido del humor para bromear, puede ser gracioso sin perder un ápice de seriedad. “¿Creen que esto es lo mejor que puedo hacer? ¡Pues entonces vean esto otro!”. Se refería a su impetuosa manera de tocar el teclado con el codo mientras el público inglés estallaba en risas y celebraba su jocosidad. Sus años no son obstáculo si de hacer un chiste se trata… ni la distancia que hay entre México y Gran Bretaña en presenciarlo. “Everybody knows” es recordada por las escenas de la película Exotica en que la actriz Mia Kirschner bailaba en uniforme de colegiala y la voz de Cohen fungía de leit motivacompañándola.
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El amor y las mujeres son otra pieza fundamental de su trayectoria, canciones y musas que han recorrido su vida como “Suzanne”, inspirada en Suzanne Verdal, esposa del escultor Armand Vaillancourt y “So long, Marianne” creada por la influencia de Marianne Jensen, “la mujer más hermosa que había conocido” y a quien encontró a su paso por la isla griega de Hydra en su transición de poeta a cantante. De su relación con la actriz Rebecca de Mornay parece no quedar rastro u homenaje… ni de su carrera fílmica, aunque sí del recuerdo de Janis Joplin y su tema “Chelsea hotel”.
La banda que acompaña a Cohen en esta gira está formada por músicos de diferentes nacionalidades, poco conocidos pero diestros y experimentados, como el bajista estadunidense Roscoe Beck, las coristas de voces profundas y envolventes: Sharon Robinson y las hermanas inglesas Charley y Hattie Webb; el guitarrista español Javier Mas, el moldavo Alexandru Bublitchi, a quien se dirigía como “el mejor violinista del mundo”, y el percusionista Rafael Bernardo Gayol, originario de la Ciudad de México y criado en Los Ángeles, quien ha participado en grupos como Tito & Tarantula y bandas sonoras de películas como Sin City Kill Bill vol. 2. Algunos más jóvenes que otros y unos de nuevo ingreso que ha conocido por festivales como San Remo. En esa noche de recuerdos y novedades sus hábiles instrumentos tocaban por igual las notas clásicas de “I’m your man”, “Tower of song”, “First we take Manhattan” y “Lover, lover, lover” como de las recién estrenadas que buscan trascendencia.
¿Qué será de la vida de Leonard Cohen en los años siguientes cuando cruce el umbral octogenario? Tal vez sea el azar, las malas jugadas, sus fracasos amorosos y engaños de mánagers traicioneros lo que lo han llevado a seguir obteniendo triunfos ahora, más allá de su vieja utopía mediterránea de los sesenta de vivir escribiendo poesía en una isla girega. Aún así, hoy demuestra que el poder de su voz todavía es capaz de hechizar y provocar el llanto y la alegría de algunas mujeres conmovidas por su fuerza presente. El tiempo no pasa en vano, pero él sigue siendo “Nuestro hombre”.

Discurso de Jaime López para presentar el libro "Crónica Biciteka" de Georgina Hidalgo. (Producciones El Salario del Miedo, 2021.) Lugar: Fonda El Convite. Fecha: 20 de octubre de 2021.

              ACERCA DE LA CRÓNICA BICITEKA DE GEORGINA HIDALGO VIVAS                                                                     ...