Artículo sin publicar redactado en 2010
El 18 de julio fue
la matanza en la quinta "Italia Inn" de Torreón, Coahuila. Al día
siguiente los medios mencionaban que fueron 17 las víctimas, otras que 18, La
Procuraduría de Justicia del Estado apoyaba la primera cifra mientras que un
padre de familia indignado de que dieran por muerta a su hija antes de tiempo,
manifestaba lo segundo. Algunos eran jóvenes, otros no tanto, pero todos
corrieron con la misma suerte, incluso los músicos contratados para tocar en el
jolgorio.
Tras el
nombramiento del nuevo Secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora no sólo
sus propuestas rayaron en el lugar común de “no bajaremos la guardia” y
“llegaremos hasta las últimas consecuencias”, sino que el recibimiento fue por
igual macabro en Ciudad Juárez y Reynosa. Lo cierto es que, un nuevo crimen se
perpetró en la ciudad de Torreón y mientras a algunos los tomó por sorpresa y
desconcierto, para otros se trató de “una matanza más” donde los grupos
dedicados al tráfico de droga como "Los Zetas" y los secuaces de
Joaquín "Chapo" Guzmán se disputan la plaza.
Durante este año,
Torreón ya había sufrido la furia de las balas fortuitas en que se cobró la
vida de otros en el bar “Ferrie” en el mes de enero, aunque la tragedia fue
opacada por otra masacre juvenil similar en Ciudad Juárez. En el mes de mayo,
la muerte regresaría para ajustar cuentas en la noche de inauguración del bar
“Juanas Vip” donde según los medios fueron ocho las víctimas, aunque otros
testigos afirmarían que habían sido más. Sin embargo, este otro caso también
quedó desplazado de las primeras planas por el secuestro del senador Diego
Fernández de Cevallos. A raíz de estos incidentes, la vida nocturna en la
entidad disminuyó y muchos optaron por reuniones caseras con carne asada,
típico del norte de México.
Los días siguientes
a la última masacre se respiraba un ambiente de tensión y relativa calma de
forma ambivalente, los medios no paraban de hablar del suceso que por igual
se divulgó a nivel nacional como internacional, en que tanto The New
York Times como la BBC de Londres coincidían en el mismo punto: la sangre
había corrido. Muchos de sus lectores quizá jamás habían oído hablar de esta
ciudad, pero ahora la palabra “Torreón” sonaba en sus oídos y saltaba ante sus
ojos.
A finales del siglo
XIX y hasta mediados del XX, la bonanza de Torreón se debió en gran parte a su
ubicación geográfica cercana a Estadios Unidos que lo volvía un sitio
privilegiado para el comercio prospero del algodón y el transporte por
ferrocarril, En la actualidad se ha convertido en una cruz ya que sus vías
resultan un accesible tránsito para la droga.
La calma que gozaba
la ciudad anteriormente permitía a sus habitantes salir a la calle por la noche
o por el día sin temor alguno cuando ahora el solo aire expele incertidumbre
debido a otros efectos colaterales como el robo de autos o asaltos callejeros
que repercuten en una evidente fuga de inversiones y hasta en el transporte.
Según se informó directamente de la fuente, los taxistas se niegan a prestar el
servicio desde la central camionera de Torreón hasta Gómez Palacio, Durango la
ciudad aledaña, donde los índices de criminalidad son superiores, por lo que en
ese caso optan por tomar el Periférico en lugar de transitar por el Bulevar
Miguel Alemán, otro escenario de tiroteos cruciales.
A diferencia de
Ciudad Juárez, Chihuahua, donde el narcotráfico ha perpetrado los actos más
polémicos, Torreón parece estar fuera de la agenda de Felipe Calderón quien se
ha encargado de subestimar sus devastadores efectos. Tras las matanzas de este
año, el presidente no solo nunca se presentó, sino que se encargó de enviar
como sustituto a su entonces Secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont sin
que con ello hubiera alguna mejoría concreta.
En administraciones
municipales anteriores, como la del alcalde panista José Ángel Pérez, se había
propuesto crear el cuerpo policiaco más efectivo del norte del país cuando la
realidad superó las propuestas de campaña: hoy 450 limitados elementos
custodian a Torreón y otros jóvenes aspirantes más son exhortados por el actual
alcalde priista Eduardo Olmos a cambio de mejores prestaciones como una casa
propia cuando en tiempos pasados esto era inexistente.
El resto de la
historia se volvió una reacción en cadena estremecedora: salidas clandestinas
de reos de Gómez Palacio bajo el consentimiento de la directora para cometer
sus crímenes y cuatro periodistas desparecidos de los cuales tres fueron
liberados. Los ojos de la sociedad se posaron en la Comarca Lagunera y su
desasosiego actual. ¿Acaso esto era lo que faltaba para que finalmente se le
tomara en cuenta y cuanto más falta para su desenlace?
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