Hace tiempo, un ex amigo me “aconsejó” que nunca emigrara al DF “porque es muy competido” y lo he comprobado en múltiples ocasiones. Vivir aquí te vuelve muy ambicioso, independiente, desconfiado, paranoico; a veces provoca deseos de tomar un arma y disparárle a todos, o a ti mismo y a la vez te brinda cosas hermosas que no se encuentran en ninguna otra parte de la república, dentro de su historia y arquitectura; posee una gran oferta cultural, de música, de gente, de experiencias de vida…
Me alegro de no haber escuchado a mi “amigo” y sí lo estoy por encontrar a otras mejores personas en el camino. Hoy se cumplen siete años del día en que me mudé a la capital por mi cuenta y siento que no puedo detenerme…
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