Mi primera portada de la revista este mes de julio: una entrevista con Luis Fonsi.
En el libro La importancia de llamarse Daniel Santos, del escritor boricua Luis Rafael Sánchez, describe a Puerto Rico como una isla plagada de una efervescencia musical de la que han surgido figuras emblemáticas a lo largo de su historia dentro de géneros como el tropical, la cumbia y la salsa. En la actualidad, Luis Fonsi es uno de esos cantautores que han heredado la estafeta. Bajo el cabalístico título de 8 se define este nuevo capítulo dentro de su carrera a la par de otros sucesos personales como su nueva paternidad.
En el libro La importancia de llamarse Daniel Santos, del escritor boricua Luis Rafael Sánchez, describe a Puerto Rico como una isla plagada de una efervescencia musical de la que han surgido figuras emblemáticas a lo largo de su historia dentro de géneros como el tropical, la cumbia y la salsa. En la actualidad, Luis Fonsi es uno de esos cantautores que han heredado la estafeta. Bajo el cabalístico título de 8 se define este nuevo capítulo dentro de su carrera a la par de otros sucesos personales como su nueva paternidad.
8, su
octava producción, fue grabado en
Londres por el productor sueco Martín Terefe (Jason Mraz, Train) quien se apoyó
en músicos provenientes de otras nacionalidades anglosajonas que hicieron
diversas aportaciones. “Nadie conocía mi música anteriormente y entonces había
cero prejuicios, Nadie trataba de sobre analizar el arreglo. Al no conocer mi
trayectoria sólo se trataba de hacer buena música y esa era la meta”. Explica Fonsi.
¿Aspirarías a alcanzar este tipo de mercado?
No te quiero decir que no ni que no me importa,
pero en este momento no está en mi mira. Para empezar tendría que ser en
inglés. No sé si es imposible hacerlo en español, pero ahora mismo no tengo en
mis planes hacer un disco en ese idioma que domino a la perfección porque llevo
casi toda mi vida en Estados Unidos; no lo veo tan cercano. Quién sabe si
mañana me dé por grabar un disco así. Siento más conexión con el público
latino.
Tú sabes que la ambición
de cada artista latino es distinta y muchos tienen esta idea de ser parte de esos
mercados y globalizarse. Es un poco curioso escuchar a alguien que diga lo
contrario.
Yo
tengo otras metas para crecer, como seguir haciendo teatro o musical. Quiero
seguir haciendo esto en Broadway; cosas como ésta que sí quiero hacer para
crecer.
Es evidente que el
mercado hispano ha mejorado su reputación en el extranjero. ¿De qué manera
consideras que tú has contribuido a esto?
LIevo
17 años trabajando y he tenido la oportunidad de sentir y de ver el crecimiento
de mi música en general. El primer disco sólo lo se lanzó en Puerto Rico y cada
uno ha tenido oportunidad de conocer cada país, de hacer giras más extensas. Yo
me críe en un ambiente bicultural y vi como la música latina ha crecido entre
el público anglosajón, el idioma también. Ya somos la minoría número uno en
Estados Unidos.
¿Hay algo dentro de tu
carrera de lo que no te sientas orgulloso, o que hayas hecho que digas: “pude
hacer esto mejor o de una manera distinta”?
Yo creo
que nunca ha pasado que yo diga: ‘¡Huy, no me siento orgulloso de lo que hice!,
pero sin embargo en los primeros trabajos que hice sí; es normal. Yo lo comparo
como una foto de hace 15 años donde dices: ‘¡Dios mío!, ¿por qué me peiné de
esa manera o por qué me puse esta ropa?’. Las modas cambian, los estilos
cambian, nuestros gustos también. Así es la música, la manera de escribir, de
interpretar. Si escucho mi primer disco no me conozco, pero no quiere decir que
no esté orgulloso de lo que hice. Ese disco es la razón por la cual estoy
hablando contigo hoy porque fue un gran paso que di para seguir escalando.
En el arte se quiere
estar a la moda y muy en el momento, éstas pasan muy rápido y a la distancia se
ven más viejas. Como que las cosas tienden a envejecer más rápido ¿no crees?
Si, esto pasa en este
tipo de profesión, pero a la hora de hacer música uno no puede pensar
demasiado; eso aprendí de los ingleses: no sobre analices el arreglo, no vayas
mucho más allá de simplemente expresar lo que sientes en ese momento. Esa
honestidad, ese primer instinto que te sucede al momento de escribirlo, de
cantarlo es el instinto ganador. Uno tiene que tomar decisiones creativas,
dejar que el cuerpo, la mente y el corazón trabajen y que la mente te lleve y
no sobre pensar si va a durar, o funcionar o va a vender, tu desahógate, pon tu
corazón sobre la mesa, canta como nunca has cantado y al final del día ese producto
va a ser el mejor
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