Estaba un día la Miriam sentada sobre una nube cuando...

La semana pasada me visitaron dos amigos entrañables: Abraham y Argenis. Al primero lo conozco desde hace una década, cuando ambos estudiábamos la secundaria en el Colegio La Luz y lo considero uno de mis mejores cuates de toda la vida ¡Cuantos maravillosos momentos no hemos pasado juntos! A Argenis lo conocí hace 8 por mi otro gran amigo José Juan Zapata, de la misma calaña. Vinieron al Manifest para ver tocar a Interpol, Yo la tengo, Titan y The Rapture. Me hubiera encantado ir por Yo la tengo, pero asuntos de trabajo me lo impidieron. Chale. Su presencia me fue muy recomfortante. Me he percatado que cuando me visitan amigos de Torreón el ambiente adquiere otro matiz, más optimista y hasta luminoso. Hablamos de Torreón, de lo que ha pasado en mi ausencia, de la gente, de sus problemas con el narco, de como ha cambiado mi vida y de los nuevos personajes que intervienen en ella.
Los quiero un titipuchal. Gracias Abraham, gracias Argenis.


Esta semana obtuve una nueva oportunidad laboral en un lugar al que nunca imaginé entrar. Nunca he experimentado un empleo formal en una redacción, pero pocas veces digo "de esta agua no beberé" Me gusta experimentar y correr riesgos si se que vale la pena, yo se que esta vez así será.

He pasado este puente escribiendo como idiota, jajaja. Lo bueno es que Hugo vino ayer a visitarme, nunca lo he dicho pero lo considero una persona importante para mi, uno de esos cuatro hombres que más quiero: Tona, Marco y H estan incluidos en esa lista también. Si mi estancia en esta ciudad se comparara con el cuento de El Mago de Oz cada uno asumiría un papel sui generis: Yo sería Dorothy, Hugo el hombre de hojalata, Tona el león y H El espantapájaros quizá. Jajajajaja, no crean que estoy pacheca, estoy escribiendo lo primero que me viene a la cabeza y al corazón. Estoy contenta.