Sobre los anónimos

Hace unos días recibí un comentario abiertamente agresivo que decidí no publicar, no porque me ofendiera sino porque no le encontré sentido, aunque debo decir que sí me llamo mucho la atención.

Al igual que mi amigo Hugo García Michel, quien recibe en su blog todo tipo de insultos y mentadas de madre, estoy de acuerdo con lo sorprendente que es la cantidad de gente que se dedica a denostar a otros a través de la blogosfera. No hay problema, no soy monedita de oro y cualquiera está en todo su derecho a decir y pensar lo que le venga en gana sobre mí, como ya lo han hecho otros a lo largo de mi vida, pero que curioso que NINGUNO se atreva a decir su nombre ¿No creen? Eso sólo demuestra su cobardía para sostener una opinión dura.

Veo que es muy fácil tirar la piedra y esconder la mano bajo anónimos y seudónimos, no negaré que lo haya hecho también alguna vez, pero francamente prefiero no perder el tiempo con esas cosas y si alguien no me simpatiza simplemente opto por serle indiferente. Así que, mi querido anónim@ te agradezco mucho que leas mi blog, pero debo decirte que estás muy equivocad@ en tu ortografía, como te dije: “huevo” no se escribe “wuevo” y si haces una pregunta, no olvides colocarle los signos de interrogación. Ahora que lo mencionas, también te recalco que estoy muy satisfecha con mi vida social y que el titulo “piruja de alcantarilla” no suena mal para rebautizar mi blog, Es mas, lo pondré a consideración y, of course, lo consultaré con muchas almohadas. 