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Hoy quería escribir una crónica locochona sobre la noche de ayer y la terrible granizada que azotó al DF, de cómo acudí a una misa de XV años en la Basílica de Guadalupe-lugar que me choca- para después llegar a la fiesta en el norte de la ciudad (Indios Verdes) y de cómo la quincearaña nos corrió de nuestra mesa a dos primos suyos y a mí; de cómo fui a la Condesa despuesito del incidente y las calles aledañas al Metro Patriotismo se encontraban cubiertas de hielo, había bomberos y empleados de Protección Civil arreglando el desmadre para que los condechis se fueran a antrear a gusto-no había visto algo así desde que visité Nueva York en la navidad de 2009-(¡qué hipster se oyó eso!) y una mesera latosa no dejó de acosarme para que consumiera a huevo y se hiciera mensa con la cuenta y de cómo acabé diciéndole en su cara: "Te iba a dejar propina, pero por todo lo que consumí ya no me alcanzó", para platicar con una holandesa que estaba confundida con el clima chilango...en fin.
El clima nos cobra las facturas, y cuando parecía que el sol primaveral calentaba nuestras cabezas en el Vive Latino, resulta que la semana siguiente los estragos de la estación anterior vienen a reclamar por lo suyo. Maldito calentamiento global.
1 comentario:
Creo que el clima va de acuerdo a esta ciudad...inestable, caótica, divertida, irónica.
Saludoos...
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