Publicado en la sección QRR de Milenio Diario
A manera de recuerdo, homenaje póstumo o simple comercialización llega “Juan Pablo II en la intimidad” que exhibe piezas de arte sacro y los objetos personales del pontífice, de lo básico a lo estrafalario: sotanas, casullas, bicicletas, tiendas de campaña, traje de pesca y…certificados, diplomas y hasta boletas escolares.
“Cuando lo vi por primera vez estaba muy lindo con sus ojitos azules y sus chapitas rosas, parecía un angelito”. Doña Aurora tiene 70 años, vio a Juan Pablo II en todas sus visitas a México, excepto la de Mérida en 1993; esboza una sonrisa y en su mirada nostálgica lo añora como un ser querido lejano. Si la visita del año pasado de las reliquias no fue suficiente, en esta ocasión el cardenal Norberto Rivera, la empresa italiana de espectáculos “Ioppolo Management” y el Museo de la Arquidiócesis de Cracovia, Polonia muestran la parafernalia papal que exalta la pleitesía hacia Karol Wojtyla de carne y hueso. Una imagen distante de su faceta de “rockstar” del catolicismo.
A esa hora de la mañana no se habían congregado suficientes “papafans”. A decir de algunos elementos de seguridad de la carpa instalada en el exterior del Palacio de los deportes habían recibido pocos visitantes los primeros días, tan solo 40 el viernes de la primera semana, de edad mayor predominantemente y pocos jóvenes. Esperaban se incrementara conforme avanzara la semana. El boleto más económico es de 64 pesos, el más caro 486 según el horario de recorrido. De los objetos exhibidos destaca un cántaro obsequiado por Vicente Fox, una vajilla utilizada en 1999 y hasta ¡sombreros de charro!
En la víspera de la primera visita de su sucesor Benedicto XVI, se demuestra el culto hacia su imagen de hombres benevolentes y el mutis por situaciones comprometedoras como sus lazos con Marcial Maciel, evidenciados en documentales como Vows of silence del periodista estadounidense Jason Berry. Unos días antes había aparecido en Twitter el mordaz “Trending topic” #FormasdeMatarABenedicto.
A la salida no podía faltar la “merchandise” oficial, playeras de 250 pesos, portavasos de 40, imanes metálicos de 160 y hasta tazas de plata “Pop Art” de 250 pesos. La figura del papa comercial por antonomasia, como las estampas que regalaba una marca de papas fritas en sus productos. En medio tanto fetiche ignoró por qué excluyeron de la colección los lentes que Bono de U2 regaló a Juan Pablo en 1999 cuando solicitó su apoyo para la campaña “Jubilee 2000”. ¿Dónde habrán quedado? Y del “Papamóvil” ni sus luces.
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