Entre el olvido y el rescate
Revista Replicante (marzo 2012)
En el antiguo centro de Los Ángeles, California, hubo una época en las que imponentes salas cinematográficas vivieron su esplendor, pero el paso del tiempo y la modernidad arrasaron y transformaron ese auge en nostalgia y abandono —al estilo del Cinema Paradiso.
Desde los inicios del siglo XX el distrito angelino de Broadway, ubicado en el Downtown y con muchos edificios de arquitectura art decó, fue un referente comercial y financiero y un sitio donde el espectáculo florecía en los centros nocturnos, teatros y cines. Celebridades como Charles Chaplin, los hermanos Marx, Bob Hope, Judy Garland, Duke Ellington y hasta Harry Houdini desfilaron por esos grandes recintos.
Los más vetustos son los teatros Arcade y Cameo, fundados entre septiembre y octubre de 1910. Otra pieza histórica es el teatro Rialto, de 1917, que terminó proyectando cintas pornográficas y mexicanas, como El bombero atómico, de Cantinflas, para subsistir y que fue cerrado en la década de los noventa. Otro caso es el Roxie, fundado en 1931 con capacidad para 1,600 espectadores, el último de su clase en ser construido y que hasta la fecha permanece en pie ante la indiferencia y el paso del tiempo. Uno de los pocos que se mantiene activo es el Orpheum, de 1926, en el que se ofercen conciertos musicales. En los alrededores se encuentran también el Palace, el Globe y el Million Dollar Theatre, construidos entre 1917 y 1928.
¿Qué es de estos edificios el día de hoy? La mayoría han sido tomados por latinos como negocios informales, tiendas de ropa barata y chácharas o como centros de reunión de sectas religiosas, en el peor de los casos. Por las noches imperan la quietud y el silencio, con poca iluminación, excepto por algunos postes de triste luz amarilla, nada que ver con los viejos reflectores, el barullo, las alfombras rojas y los cabarets de la época. Los pocos transeúntes, latinos y negros, lanzan miradas suspicaces y la espera por un autobús puede ser muy angustiante ante la posibilidad de ser abordada por un individuo sospechoso alterado por las drogas.
Aunque no todo está perdido, pues existe un proyecto urbano a mediano plazo llamado Bringing Back Broadway, que pretende rescatar estos espacios mediante fondos públicos y privados y otorgarles una segunda oportunidad turística. La iniciativa es de José Huízar y Jessica Wethington McLean, miembros del cabildo de la administración de Antonio Villaraigosa. Uno de los planes incluye la exención de impuestos para el inversionista que reactive una antigua sala de cine y otorgar facilidades económicas para la activación de restaurantes y bares, lo cual sería una buena manera de preservarlos y de rescatar del olvido estos antiguos cines, muchos centenarios, sobre todo en estos tiempos tan poco dados a la nostalgia. ®
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