Él no tuvo tiempo para arrepentirse, mantuvo su pene húmedo con su apuesta segura de siempre...
Y la vida es como una tubería y yo soy como una pequeña moneda rodando por sus paredes...
Tan sólo nos despedimos con palabras, yo morí un centenar de veces, tú regresaste con ella y yo regresé al luto...
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