Llegó
a México desde Buenos Aires, Argentina con la encomienda de tocar. El viaje
duraría sólo cinco días y una década después sigue aquí. Para bautizar su
siguiente proyecto musical tomó el nombre de una cantante brasileña de bossa
nova.
Manu
Charritton formó Carmen Costa y este verano se aventura con “La chica
francesa”, su segundo disco. Una mezcla de psicodelia y rock clásico.
Bajo
el sello de “Intolerancia” y producido por Eduardo Pacheco- integrante de Los
Dynamite y Beso Negro- “La chica francesa” pasó por diferentes etapas de
grabación en que intervinieron diferentes músicos y productores hasta obtener
el resultado final. Un disco grabado “a fuego lento” en un lapso de casi tres
años.
“Lo
grabamos dos veces. Ya estaba listo desde enero de 2012. Fue muy tortuoso. Lo
mandamos mezclar a Estados Unidos, pero nunca dio en el clavo en lo que
queríamos. Lo enviamos a otras dos personas y tampoco jaló, hasta que llegó con
Gerry Rosado y finalmente con él pegó”.
Para
la grabación hubo un par de bajistas involucrados que fueron Beto Castañeda y
Paz De Stefano. Desde inicios de este año la alineación actual de la banda la
conforman “Decko”, Aaron Rojas y Cheo Quintanilla. A partir de agosto comenzará
una gira para promocionar sus primeros sencillos como “Estéreo”.
¿Cómo
se puede posicionar una banda como ésta en la escena a diferencia de hace unos
años?
Creo
que con más experiencia a pesar de ser una banda joven, por el hecho de hacer
todo el trabajo de un disco, esa es la experiencia que te da. También haber
logrado el segundo es todo más claro, porque con el anterior no.
¿Es
un proceso de maduración?
Para
finales de 2010 ya teníamos casi todas las canciones, llegamos a hacer hasta
seis versiones de una rola. Durante la grabación yo cambié todas las melodías,
grabé todas las voces de batería y hasta sentado en un sofá con el productor al
lado mío, hicimos las cosas a nuestra manera. El arte del disco está enfocado
en el art brut. Es una corriente de arte
feo, sin técnica y eso describía mejor a “La Chica Francesa” como una belleza
talmente desordenada, muy caótica.
¿Cómo
fue tu llegada a México?
Me
trajeron a tocar en 2003, tenía un proyecto que mezclaba jazz y música electrónica
y fui al Caribe con otro tecladista argentino. Tocamos cinco meses allá entre
2003 y 2004, él regresó y yo me quedé. En
Argentina tenía otro proyecto llamado “Jazz y miel” y era como una burla al
jazz, al rock y a todo. Una broma a un rapero uruguayo llamado Jazzy Mel, muy
malo.
¿Cómo
percibes la escena actual?
Entre
Chile y Colombia es de las escenas más fuertes, pero la cercanía con Estados
Unidos pone a México en primer puesto.
¿Qué
pasa en el caso de Argentina?
Esta
muy estancada desde la devaluación de 2001 y por el accidente de una disco llamada
“Cromañón” en 2004 en Buenos Aires en que murieron casi 200 personas. Normalmente
las escenas de música nueva surgen en las ciudades grandes; en la capital
prohibieron casi tocar porque no había normas de seguridad ni controles por
parte del gobierno en aquel show. Los políticos pusieron una normativa
insólita. Mataron a toda la escena y todo el semillero de bandas. Todo el underground desapareció. La devaluación
del dólar no te permitía comprar instrumentos ni viajar y ese accidente redujo
las posibilidades. Hubo pocos foros disponibles donde podías tocar, pero ninguno
cumplía con las normas de seguridad. Si era un bar de 100 personas ponían una ambulancia
afuera y eso no es rentable.
¿Sabes
qué ocurrió en otras ciudades?
Pues
el grandísimo porcentaje de las bandas argentinas son de Buenos Aires; es un
país muy centralizado, mucho más que México. Al menos aquí hay ciudades como
Guadalajara, Monterrey y Puebla.
¿Ha
habido alguna recuperación desde entonces?
No. Como
músico te quieres comprar una guitarra y de mil dólares cuesta 2 mil y además llevarla
a Argentina sale más caro y pagas el triple de lo que vale. Viajar es una
empresa muy difícil con los grupos. Muchos argentinos, uruguayos y chilenos
vienen a vivir a México. Mi caso fue distinto porque a mi me invitaron a tocar
y me fue bien. Me gustó el país y se dio la posibilidad de quedarme. Me siento
más cómodo viviendo aquí. Ya no pienso regresar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario