Publicado hoy en El Ángel Exterminador de Milenio Diario
Miriam
Canales
@miricaiba
Hizo
sus enemigos a las huestes online de
la no menos ruda Miley, a los papafans de
Juan Pablo II; dejó a la Cumbre Tajín como novia de rancho en 2012. La señora
O’ Connor parece no haber aprendido la lección de su pasado y su conducta
errática también aflora en escena hoy en día. Esta es una crónica londinense de
como la calva por excelencia se desenvuelve en sus conciertos como en el caso
del Barbican Centre en la capital británica el pasado 13 de abril.
Oh, fucking thing! Expresa con un dejo de molestia cuando
su apuntador tiene una súbita falla al inicio de su gig tras abrir con el cover Queen
of Denmark de John Grant. La situación se torna tensa ante un público, predominantemente
blanco y de edad madura, al que se niega a hablarle; éste ríe de sus
sarcásticos comentarios contra su staff.
Aun así brotan de la oscuridad algunas voces que celebran su presencia con un We love you! o un Marry me! (cásate conmigo) Se trata de la misma Sinead que alguna
vez anunció su retiro en 2003 para luego regresar, que se ordenó “sacerdotisa”
de una secta disidente católica; la que se dio a conocer al mundo con un rostro
melancólico en el primer plano del video de Nothing
Compares 2 U en 1990.
Hoy,
a sus casi 50 años, la chica de la cabeza rapada tiene una apariencia física
cuestionable. Se ha estrenado como abuela, lo cual evidenció en la sencilla playera
que vestía con la leyenda GRANDMA, contrastante al intenso frío exterior. Conserva
una voz potente que ha sabido mantener pese al tiempo y que no requiere de playback alguno. Se posa descalza sobre
un tapete en escena, sin maquillaje, cubierta de tatuajes, carente de una escenografía
ostentosa. De este modo presenta su más reciente grito de batalla: I’m not bossy, I’m the boss (2014) su décimo álbum, en una gira mundial
que cubre gran parte de Europa, Norteamérica, Brasil y Argentina.
…pero
la señora O’ Connor no viene sola. Para este concierto la acompañaron dos
jóvenes promesas llamadas Morrissey and Marshall quienes ejercieron como su banda
telonera con guitarras acústicas a cuestas.
Se trata de una talentosa dupla proveniente de Dublín cuyas incipientes
canciones folk-balada pop de su debut
And so it began también podrían
brillar en México. Cualquier semejanza con el apellido del ex cantante de The Smiths
es coincidencia absoluta. Darren Morrissey, "el otro Morrissey”, mencionó
que esta pequeña ironía les ha ayudado a obtener mayor atención.
Oh, this shit again! la irlandesa vuelve a molestarse cuando
la situación con su apuntador se repite y un técnico se aproxima a arreglarlo,
misma que ocurre un par de veces más. La audiencia ríe de nuevo. Su mal humor
es evidente y tampoco se mide al expresarlo. Una vez superado el imprevisto, la
misma voz que sirve para maldecir suena a grandes decibeles y pasión cuando es
usada para mejores fines. Temas menos comerciales, pero no de menor calidad, como
In this heart y Harbour suenan acapella.
Nada
complaciente, ella se niega a ser reconocida como un one hit wonder, por lo que ha elegido otras canciones como No man’s woman, Take me to church o The Emperor’s new clothes para su
repertorio. Ni siquiera las potentes Mandinka
o I want your hands on me, de su
celebrado debut The Lion and the Cobra, brotan
ya de su lengua ríspida. Ella ha decidido aniquilar de manera definitiva Nothing Compares 2U recientemente
alegando que es una pieza que ha dejado de sentir y que sería “un engaño” exponerla
ante el público. Así que descarten toda posibilidad de volver a escucharla a
menos que ocurra lo que a Radiohead cuando se rehusaban por igual con su Creep y terminaron cediendo ante los
fans mexicanos en 2009.
El
jetlag hace estragos en quien escribe
estas líneas. Tras beberse un par de cervezas no puede evitar un “coyotito
express” y luego despertar con las rabietas de Sinead. Para haber realizado un
largo viaje y tener la cabeza inmersa en un caos de horario, no era lo que
había esperado como espectáculo. ¿Será que a ella le ha quedado el disgusto en
la guerra que todavía ejerce por redes sociales contra la pequeña “reina del twerking”?, ¿Aún mantiene un resentimiento
por los conflictos sociales y religiosos entre Inglaterra e Irlanda? “Ahora voy
a cantar una canción sobre mi país, NO del suyo”. Mencionó directa y sin
cortapisas ante el mismo público británico que reía sin razón de sus
comentarios cáusticos antes de cerrar con otra versión acapella de The Last Day of our Acquaintance, despidiéndose
con frialdad.
El
diario inglés Telegraph mencionó en
otra reseña posterior que el concierto había sido “convincente” pese al estado
de ánimo de la cantante y su escaso repertorio escenográfico. Es claro que su gran
talento ha sido opacado por sus escándalos y declaraciones. Ojalá si un día
considera tocar en México tenga mejores motivos para alegrarse.
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