domingo, octubre 28, 2012

Julieta Venegas: Aquí




Publicado en el libro "100 Discos esenciales del rock mexicano"

Cuando la hija predilecta de Baja California abandonó  las filas de su grupo Tijuana No para probar suerte en el Distrito Federal, comenzaría su aventura solista con una faceta oscura y melancólica acompañada de su inseparable acordeón, después cruzaría el umbral de lo comercial, tocaría un pop feliz  sería la imagen de marcas trasnacionales de refrescos y terminaría cantando con Paulina Rubio. El éxito le aguardaba con creces. ¡Pobre de ti, Julieta!


Muchos añorarían esta primera etapa en la que su imagen norteña se desvaneció para dar paso a su avecinamiento chilango; su voz sonaría en estaciones de radio “fresas” y llegaría a oídos que nunca escucharon el ímpetu y el lirismo con el que comenzó “Aquí”; el ska y las canciones sobre la migra y la frontera quedarían en tiempo pretérito.

Tijuana era más conocida en los 90 por sus noticias sobre violencia y narcotráfico que por su escena rockera y electrónica que se volvería más prolífica con el surgimiento de colectivos como Nortec. Esta voz femenil llegó para tomar la estafeta de cantantes como Rita Guerrero y Cecilia Toussaint. Desde finales de los 90 muchos la ubicarían por sus vestidos folclóricos, su nariz perforada, su semblante solemne y nostálgico y una sonrisa escondida que se reflejaría años después en el álbum “Sí” (2003).
“Aquí” tendría en sus manos una alineación portentosa para un debut musical conformaba por el productor argentino Gustavo Santaolalla, el productor asociado Aníbal Kerpel, y músicos como Joselo y Quique Rangel de Café Tacuba, Patricio Iglesias de Santa Sabina, Fratta y el Señor González, estos dos últimos compañeros del grupo “La Milagrosa” que habían integrado previamente en honor a un libro de la escritora Carmen Boullosa a quien la tijuanense agradecería abiertamente su inspiración.
El disco abre con “Oportunidad”, un piano que se transforma en un acordeón omnipresente en el disco. Julieta refleja la búsqueda justo de su primera oportunidad: “En cuanto aparezca la oportunidad dirá lo que tanto ha esperado/contará lo que estaba guardado/ encontrará que en el fondo nunca hubo silencio”.
…pero su primer sencillo promocional, “De mis pasos” es recordado en los tiempos en que MTV aun era un canal de videos que otorgaba un espacio selecto a artistas latinos; fue programado repetitivamente y le dio fuerte un impulso a la debutante. De nueva cuenta el acordeón que lo conduce plasma su esencia norteña y su vieja escuela en Tijuana No. “No pararé/el viento que me empuja me aleja de ti/mientras tu sentado cierras los ojos y pides ayuda a tu destino/Aprendo de mis pasos entiendo en mi caminar”. Este sería también su primer éxito, que la llevaría a un nivel de rockera respetable, pero sin pisar todavía los terrenos del mainstream. Ella, efectivamente, aprendió de sus primeros pasos.
Al escuchar “Antes” puede remitir a una imagen de una Julieta en escena con su otrora imagen bohemia, su ímpetu en escena con sabor tijuanense. Ella había llegando influenciada por rockeras de antaño, pero con un discurso propio que se transformó en una catapulta para mayores ventas. “Antes tenía tanto para todos/antes tenía, ahora deseo”. Sí, antes era antes.
“Cómo sé” es de esas canciones de pop digerible, ritmo lúdico y de los más luminosos y alegres del álbum. Otro de los sencillos exitosos a finales de los noventa.  “¿Cómo sé que si sonríes significa que nos conocemos demasiado bien?/ pero hace tiempo que presiento cuando miras así/ algo queda sin decir”. Como un coqueteo adolescente o una relación con más dudas que certezas. También ella tenía su lado naive.

Un piano poderoso guía dos de los cortes más melancólicos: “Esta vez” y “Quitar a otras”, ésta última como una 
dedicatoria implícita a las mujeres que se entrometen en relaciones de pareja: “Mi consuelo es: si lo vivo yo, 
lo vivirás/lo vivirás, mi consuelo es: si lo siento yo lo sentirás/lo sentirás, mi consuelo es: si  lo siento yo, 
lo sentirás tú/Mil demonios la mueven”.  
La segunda tiene todos los elementos para ser una canción romántica, un piano dramático y una letra que 
no necesariamente se refiere a una relación de pareja en el pináculo: “Esta vez somos de papel, somos 
la corteza de un árbol/ esta vez somos servilletas y el recibo de luz/esta vez somos honestos para siempre”. 
“Soy de los descalzos y estoy cansado de la lluvia que no cae”. 
En “Sabiéndose de los descalzos” Julieta explaya su voz a capella acompañada de un handclapping y 
las notas finales de un piano. Tiempo después cantaría esta canción a dueto con la intérprete folclórica argentina 
Mercedes Sosa para su álbum “Cantora”, poco antes de su muerte en 2009.
Después de este significativo debut vendrían  en la década siguiente discos como “Bueninvento”, también 
producido por Gustavo Santaolalla y colaboraciones en bandas sonoras de películas como “Amores Perros” 
en el 2000. Los años posteriores serían determinantes en la carrera de Julieta Venegas quien dio un giro 
de la escena subterránea a otra completamente renovada, diferente y para muchos, drástica; sería conocida en 
otros circuitos más comerciales, experimentaría con nuevas atmósferas musicales y su sonrisa se atrevería a 
asomarse en obras posteriores. Algunos lo recibieron con agrado, otros lo rechazaron. 
Ella había tenido la osadía de sobrepasarse a si misma sin temor al fracaso, otros se quedarían en el camino.
 
Miriam Canales
 












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