miércoles, diciembre 31, 2014

Entrevista con Brodsky Quartet


Lo que comenzó en el Reino Unido como una sencilla amistad juvenil culminó en un cuarteto de cuerdas con paso itinerante a escala internacional. Su historia se escribe desde hace más de 40 años y México ha recibido su música en diferentes momentos y escenarios. Brodsky Quartet avizora su futuro buscando nuevas generaciones de escuchas en este país y otros puntos del orbe.
No tienen el estatus ni el reconocimiento de los longevos rockstars británicos. Sin embargo, su trayectoria ha sido extensa y prolífica, y sin alcanzar sus niveles de fama y delirio, son contemporáneos de bandas como Pink Floyd, Led Zeppelin o The Who. Conformado por Paul Cassidy (viola), Ian Belton y Daniel Rowland (violines), y Jacqueline Thomas (cello), comparten afinidades pese a la discrepancia generacionales de sus integrantes. Solo Belton y Thomas permanecen como miembros primigenios. Cassidy se unió en 1982 y Rowland en 2007 en un lugar ocupado por antecesores como Alexander Robertson, Andrew Haveron y Michael Thomas, hermano de Jacqueline. Juntos han conocido los altibajos de la industria musical y el paso de otros miembros provisionales.
En el pueblo de Middlesbrough, al norte de Inglaterra, se dio su génesis en 1972. Adoptaron su nombre del músico Adolph Brodsky y comenzaron interpretando a Shostakóvich cuando sus discos no eran tan accesibles y se mantenía en un perfil bajo por aquellos años. A diferencia de otros cuartetos, ellos, para sentirse más libres y que su público tenga una mejor óptica, optan por tocar de pie en sus recitales.
Dentro de sus trabajos más comerciales destacan haber acompañado la voz de Elvis Costello para su LP The Juliette Letters (1991), con quien han mantenido una amistad desde entonces ya reflejada en otras colaboraciones. Temas como "Taking my life in your hands" y "I almost had a weakness" son algunas de estas referencias. Sus cuerdas han aderezado a otros artistas más populares como Björk en el álbum Björk at the Union Chapel (2000), grabado en vivo; sus hits de los noventa como "Hyperballad", "Bachelorette" o "Possibly Maybe" se presentan en una nueva faceta más acústica, con menos sofisticación en los arreglos y exenta de beats electrónicos que distinguen la música de esta cantante islandesa. Mientras que Paul McCartney los ha incorporado en canciones de Los Beatles como "Eleanor Rigby".

Durante una rueda de prensa en Morelia, Paul Cassidy y Jacqueline Thomas señalan: "La audiencia es mucho más abierta que antes para estas fusiones de rock y música clásica. Es casi el mismo estilo; los músicos están más abiertos también. Es posible tocar diferentes géneros, incluso si no se habla el mismo lenguaje. Todo combina y se ajusta de manera adecuada, hasta los festivales se aventuran más a incluir esto. No olvidemos que Béla Bartók tocó con Benny Goodman. Hubo otras colaboraciones en el pasado en que Mozart y Beethoven eran las estrellas del rock de su época".
Según el punto de vista de Daniel Rowland: "Ellos eran rockstars de su época. Liszt fue como un dios del rock en su momento. Schubert estaba maravillado cuando escuchó a Paganini, ahí descubrió su fantasía por el violín, casi imposible de tocar, solo por haberlo escuchado una vez". El cuarteto manifiesta no tener entre sus planes próximos un nuevo disco con algún otro cantante de rock.


Los vaivenes de la escena musical afectan a sus intérpretes y Rowland lo relata en su propia experiencia binacional como británico-holandés: "Holanda fue un paraíso musical en la década de los 80-90. Era fantástico. Había mucho dinero para la música hasta que las crisis económicas la acabaron. Tuvimos un gobierno terrible, la industria musical fue recortada. En cambio, en Inglaterra, los políticos se preguntan por qué la cultura es importante. Es tan importante como ser taxista". A sus 37 años es el integrante más joven del cuarteto y prefiere escuchar tangos de Astor Piazolla en vez de rock.
Es conocido que algunas bandas noveles de rock provenientes de Gran Bretaña han tenido dificultades económicas para sostener sus proyectos. Como narra una crónica de la revista Vice llamada: "Los grupos más exitosos de Inglaterra tienen trabajos como tú". Los músicos ejercen un empleo adicional para mantenerse y así lograr un equilibrio entre el dinero y la música, por cierto cada vez menos rentable en discos. A pregunta expresa de si esta situación también perjudica a la música clásica, Daniel opina: "Para ser del todo honesto, tengo una buena vida. Yo no necesito combinar otras actividades. Tengo mucha suerte, pero puede ser difícil. No toda la gente está en la misma situación. Yo vivo entre Ámsterdam y Londres y viajo mucho por toda Europa. Londres es una ciudad muy loca".
La historia personal de Rowland se remite a una educación musical desde la infancia, cuando comenzó a tocar el violín a los cinco años. Su padre, de origen británico, también fungió como músico profesional hasta que falleció. Aunque Daniel nació en Holanda, su vida actual transcurre entre Londres y Ámsterdam cuya escena le resulta más familiar. Se unió al Brodsky Quartet en 2007 por recomendación de un amigo que tiene en común con Ian Belton.
A pesar de la distancia en edades que los separa del resto de los integrantes, ha demostrado tener ímpetu y pasión para ganarse un lugar. Esta última cualidad la considera superior al talento. "Eso es completamente importante, sin entusiasmo, verdaderos sentimientos o comunicación real, nada se logra". Para él, lo que más necesita un intérprete novel es practicar y practicar todo el tiempo. En Oaxaca descubrió algunos talentos interesantes en cursos que impartieron por aquella ciudad.
En su última visita a México, Brodsky Quartet ofreció diversos conciertos, conferencias y una master class en ciudades como el Distrito Federal, Oaxaca y Morelia, donde interpretaron a Bach, Kraggerud, Beethoven y Béla Bartók.
Al paso de los años su música no ha perdido lozanía y esperan mantener firmes sus cuerdas para seguir armonizando al mundo ya sea mediante fusiones de rock o música clásica.

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Publicado el día 3 de diciembre de 2014 en la sección El Ángel Exterminador de Milenio Diario.
Quizás tú — o alguien cercano— tienen en algún cajón una fotografía de los años en que la juventud y la música se manifestaban en los pelos con harta laca y maquillaje unisex en colores neón. Si eres de los que hoy se sienten apenados de haber sobrevivido esto y de poseer una colección empolvada de cassettes de Wham, seguro un libro comoMad World te gustará.
Para enfatizar esos recuerdos, el escritor y periodista escocés Jonathan Bernstein, colaborador de Rolling Stone Spin, y Lori Majewsky, periodista norteamericana y editora ejecutiva deEntertainment Weekly, se aventuraron a reunir en un mismo platillo a bandas afines pop-new wave dentro del libro Mad World: an oral history of new wave artists and songs that defined the 1980s (Abrahms Image, 2014). Como una revaluación a la escena de la época, sus canciones y trayectoria entrevistan a OMD, Depeche Mode, Echo and the Bunnymen, INXS, Tears for Fears, Duran Duran y The Smiths (cuando se querían) y solistas como Gary Numan, Thomas Dolby, Kim Wilde, entre otros. Se puede obtener vía eBay y Amazon por 12 dólares y se encuentra prologado por Nick Rhodes (tecladista de Duran Duran), mientras que el epílogo fue escrito por Moby.
Apuesto a que muchos de ustedes, cuando escuchan “Take On Me”, de A-ha, o “Whip It”, de Devo, en una de esas estaciones de radio “del recuerdo” todavía se emocionan y las cantan a escondidas. Aunque, a la distancia la mayoría de los iconos musicales surgidos en los ochenta, sus primeros discos y videos, lucen obsoletos y hasta ridículos. “Como decimos en el libro: ésta fue la época dorada de la música pop”, menciona Jonathan Bernstein en entrevista vía e-mail. “Lori y yo somos unos fans colosales del new wave y a la vez somos distintos. La idea de este proyecto surgió a mediados de 2012. Ella es una obsesiva-psicótica de Duran Duran y Depeche Mode, mientras que yo soy un observador cultural distante, pero coincidimos que a esta corriente no se le ha dado el respeto que amerita. Es una época llena de imaginación, ambición y originalidad”.
¿Qué es lo más importante que nos da dado el new wave en la actualidad? No me refiero solo a la música sino en lo estético y cultural
Si es que la hay, te diré que creo que lo hemos perdido todo desde que murió. Ya no hay bandas pop como tal. Los músicos mainstream de hoy temen que se les acuse de pretenciosos y raros. Además, ellos han tenido miedo de dar opiniones que podrían volverlos impopulares. Pienso cuantas canciones de los ochenta hablaban en contra de la guerra. El sexo no era tan necesario para vender para las artistas femeninas como lo es ahora. Podría seguir, pero me deprimiría.
¿Por qué crees que la mayoría de estos grupos perdió popularidad en los noventa? ¿Crees que el gusto hacia los sintetizadores que los caracterizaba se olvidó rápidamente?
Si ves una banda como Roxy Music, una enorme influencia para la escena new wave entera, tuvieron una fuerte imagen desde el comienzo. En lo que se desarrollaban, la imagen perdió su importancia, pero la música se volvió más bella, culminando con Avalon, uno de los álbumes más adictivos de todos los tiempos. Muy pocas bandas de los ochenta lograron esa transición en los noventa. ¿Quizá solo New Order y los Pet Shop Boys? La mayoría de ellos hicieron lo mejor que pudieron en sus primeros lanzamientos y a algunos no les da pena ser recordados solo por un puñado de sencillos.
¿Cuál fue la más grande lección que obtuviste al hablar con estos grupos y músicos?
Lo accidental que muchas de sus canciones y carreras fueron. Gary Numan explica de cómo llegó al estudio para hacer un disco punk, por ejemplo, que encontró un viejo sintetizador e inspirado por el ruido le hizo empezar a hacer música electrónica. “Blue Monday” de New Order vino parcialmente de máquinas multifuncionales. “Don’t You Forget About Me”, de Simple Minds, fue una canción que frecuentemente abandonaban y solo la terminaron después de que el productor los siguió de Los Ángeles a Londres para insistirles.
Desde tu óptica, ¿percibes un resurgimiento del new wave dentro de la escena musical de hoy en día?
Puedo detectar una influencia en la música contemporánea, desde el actual disco de Taylor Swift hasta el último de Tegan and Sara y bandas de Glasgow como Chvrches, L.A. Kitten, Phantogram y Capital Cities. No oigo a nadie haciendo algo imaginativo con esas influencias, no de la forma como Adam and the Ants usaban percusiones africanas, guitarras spaghetti western y que añadieran letras que hablen de los nativos norteamericanos. Como dije, a los artistas les da miedo sonar como “raros”.
Mad World no tiene de momento planes de una futura traducción en castellano, aunque según Bernstein, la coautora Lori Majewski ya prepara otro libro referente al pop de los ochenta sobre Britney Spears, Backstreet Boys, N Sync etcétera. Ambos mantienen la esperanza de una secuela de esta primera edición. Aún cuando los beats suenen distantes, ojalá haya una larga vida para el new wave.
@miricaiba

Discurso de Jaime López para presentar el libro "Crónica Biciteka" de Georgina Hidalgo. (Producciones El Salario del Miedo, 2021.) Lugar: Fonda El Convite. Fecha: 20 de octubre de 2021.

              ACERCA DE LA CRÓNICA BICITEKA DE GEORGINA HIDALGO VIVAS                                                                     ...