jueves, junio 24, 2010

Las derrotas mundiableras mexicanas y yo

Las derrotas de México en mundiales pasados han resultado vergonzosas aunque la pambolería más exacerbada alegue que “perdieron con dignidad”, pero mientras algunas tiendas de electrodomésticos tengan la vaga esperanza y -la ambición monetaria- de vender televisores a sus clientes a cambio de un reembolso en caso de un hipotético triunfo mundialista, la afición sale a festejar una tibia participación de su equipo haya ganado, empatado o perdido.

De Italia 1990 tengo recuerdos difusos…excepto porque hacía rabietas por la suspensión de la barra de programación infantil para dar paso a los partidos. Yo ni siquiera sabía que era el futbol, pero de antemano supe que se trataba de un rival a vencer. Aquí ni siquiera México participó, por lo cual el rating televisvo y económico del mismo resultó mínimo comparado con el de los años siguientes.

Después de mi desventura infantil, intenté encontrar el gusto por este deporte años después. Durante Estados Unidos 1994, solía intercambiar con mis compañeros de escuela estampitas del álbum Pannini en los tiempos en que Romario y Bebeto eran dioses y donde Roberto Baggio pasó a la infamia al fallar el penal en que Italia se disputaba el triunfo contra Brasil. México vivía una aguda situación social por ese entonces pero…¡había futbol para regocijarse! ¿Quién mató a Colosio?, ¿de donde demonios habían salido los zapatistas? ¿El TLC impulsaría la economía nacional? ¡Quién sabe! Miguel Mejía Barón y sus “muchaches” vendría a salvar el honor del país…hasta que la selección de Bulgaria y su Stoichkov se les puso enfrente y ¡bye!

Cuatro años después, en Francia 1998 la historia se repitió, pero la emoción ya no era la misma; seguía intercambiando estampitas sin el entusiasmo del mundial anterior, aunque la imagen bien parecida de Luis Hernández me causara cierto deleite, su destino como futbolista se fue a pique al igual que Baggio y mi único aliciente para ver los partidos, también.

Entre “La copa de la vida” que sonó hasta la ignominia y la figura mitificada de Zinedine Zidane que se hizo añicos ocho años después, la selección mexicana no pudo vencer a los alemanes que les demostraron su superioridad igualito que en México 86, recuerdo ese partido con una televisión instalada ¡dentro de la escuela! Eso de que la SEP suspenda las clases para permitir que los estudiantes le rindan pleitesía al futbol no es ninguna novedad…al menos en mi memoria tengo muy fija la imagen de mis compañeros llorando la derrota de la misma forma en que los reprobaban en los exámenes.

De Corea y Japón recuerdo un mundial “para veladores” en que los partidos se transmitían por las madrugadas y una pazguata intervención mexicana que cayó en manos de los estadounidenses. Muchos lo vieron como un golpe más a la animadversión con el país vecino que ha demostrado que tiene el poder de aplastar a los mexicanos en partidos de futbol y con armas más letales como leyes migratorias y su “Border Patrol”. Lo rescatable: Jared Borghetti que pasó de las filas laguneras del Santos a convertirse en una estrella con demanda internacional aunque los aficionados más recalcitrantes quisieran anclarlo al equipo que lo vio crecer.

En 2006 entre elecciones federales y un nuevo mundial en puerta, la disputa ya no era entre México y países rivales, sino entre azules y amarillos, de izquierdas y derechas. Pareciera como si en cada mundial el panorama político-social empeorara…el resto de la historia ya la conocemos.

Y ahora… no he visto ninguno de los partidos que ha disputado México. La irresponsable presencia de un mandatario que acude a un encuentro deportivo descuidando sus labores y permitiendo que el crimen organizado arrase con la esperanza que sociedad civil puso en él, es un ejemplo concreto del espíritu que se refleja en la propia selección que viene a dar un regocijo mínimo pero patético a un país cada vez más lastimado por una guerra sin sentido.
El triunfo contra Francia no es el equivalente a la batalla del 5 de mayo, como se jactaban pobremente algunos usuarios de Twitter. Con Uruguay, el orgullo y estatus que habían adquirido los infames Cuauhtémoc Blanco y su entrenador Aguirre se puso en entredicho. Algunos ilusos piensan que en el próximo partido Maradona “devolverá el favor” a los mexicanos que le otorgaron la gloria con “la mano de Dios”. En una cancha todo amor fraterno y filial se olvida completamente…eso es algo que se olvida a menudo.

Mientras la selección intenta arduamente obtener un pase a la siguiente ronda, México se disputa un juego cruento más allá de un balón y 12 jugadores con una Suprema Corte pusilánime, violencia imperante y el deceso de un intelectual que nunca mostró entusiasmo por este deporte…y mientras tanto, decenas de mujeres libran su propia batalla doméstica con la peor de las rivales de amores: un balón con cervezas, botana y la fidelidad, el amor y el dolor de por medio.


Probablemente el único que mundial que realmente he disfrutado es éste.

viernes, junio 18, 2010

Otra publicada en Milenio el 17 de junio

Brian Eno en faceta de humorista

Con motivo de la exposición 77 millions of paintings, actualmente montada en el museo Anahuacalli, el genio de la producción musical ofreció una divertida master class que devino agresiva conferencia de prensa.

“¿No cree que la imagen que muestra en el museo forma una cruz suástica?” Cuando la sesión de preguntas y respuestas “cortas e interesantes” del público había concluido, una mujer tomó el micrófono para preguntar enérgicamente si los coloridos rectángulos que muestra Brian Eno en la exposición hacen alusión a la célebre insignia nazi, entonces una lluvia de abucheos y rechiflas cayó. “Por favor, no me pregunten qué significa tal o cual letra de los Talking Heads porque no les voy a responder”, había dicho Eno con anterioridad a los asistentes.

Como buen ateo e iconoclasta, el compositor inglés no pretende imponer ideologías en su faceta de artista visual. Para él, hablar de religión es una complicación innecesaria y buscar acepciones contrarias a su obra, también. “No me interesa un significado” fue la respuesta seguida de aplausos y evidentes rabietas de la espectadora que se apreciaban desde distintos ángulos del Teatro de la Ciudad donde se celebró su conferencia dedicada a desmenuzar su compleja obra.

El trabajo de Eno se conoce más como productor musical de artistas como David Bowie, Talking Heads, Coldplay y forjador del sonido moderno de U2 en sus discos The Unforgettable Fire, The Joshua Tree y Achtung Baby. Lo que quizá no todos sepan es de su formación académica como pintor, de la cual tomó elementos para crear un género musical llamado ambient con base en sonidos átonos, largos y atmósferas que formaran un espacio. “Para la gente que escucha sólo música clásica le es complicado entender el pop; era como tener una paleta con los colores tradicionales y después experimentar con una gama de colores que nunca habías visto antes”.

En el museo Anahuacalli, al sur del Distrito Federal, se exhibe desde el 23 de abril 77 millions of paintings, una instalación pictórica, no en sentido literal, sino un software con música ambient de fondo que proyecta en las paredes una serie de colores que cambian constantemente formando figuras, algunas casi imperceptibles. Su autor confesó que en ocasiones entra sigilosamente a las salas para conocer las reacciones de los espectadores. La mayoría se desconciertan o ponen cara de “¿qué es eso?”.

Desde su juventud Eno comenzó a experimentar con luces y practicaba el intercambio de música con sus amigos. Una de sus mayores quejas es que la música no se escucha con calma, siempre tiene que haber una canción acelerada y bailable que le proceda .Con base en sus primeros inventos musicales utilizaba los televisores para colocar prismas que emitían destellos y lucían “orgásmicamente maravillosos”. Como lo describió. “Desde entonces quería hacer música que fuera como un paisaje, no quería que fuera una estructura convencional como do-re-mi-fa, sino que creara un espacio y que resultara interminable. “Lo que hago no es como una obra arquitectónica, sino como un trabajo de albañilería”. Un ejemplo es su disco Music for the airports, el cual fue inspirado en Colonia, Alemania, tras una experiencia en que acabó escuchando accidentalmente en él una canción del grupo ochentero Boney M. “Para los aeropuertos es difícil escuchar buena música porque la gente está ocupada en sus asuntos o tiene que oír avisos importantes…pero escuchar a esa banda en particular fue horrible”.

Para describir la esencia de su música se puede utilizar la palabra en inglés “surrender”, que describe la forma en que el oyente puede abandonarse y dejarse llevar. “Para que estos elementos se complementen debe haber un balance entre fe, arte, drogas y sexo. Algunas religiones también utilizan estos principios como sus cimientos… pero no en el caso de la católica, con la fe y el sexo… a menos que seas un cura”, dijo irónico.

Pero lejos de la solemnidad que pudiera caracterizarlo, su peculiar sentido del humor y el traductor que constantemente cometía errores, parecía estar presenciándose más la imagen de un cómico que al cerebro maestro de las rolas más famosas de U2. El ingenio y el humor de Brian no se interrumpían por las preguntas rebuscadas y hasta abiertamente agresivas que algunos asistentes formulaban. ¿Qué más importaba si sus imágenes parecían rectángulos, suásticas o simples colores que causaban somnolencia? Finalmente uno solamente debía “abandonarse” como en una de sus interminables piezas. Como en una ensoñación.

domingo, junio 13, 2010

Publicado hoy en Milenio Diario

Las biclas rodando… en pelotas

En una metrópoli caótica, donde los cláxones y los volantes mandan, es complicado dar paso a los manubrios y a los pitos, como se mofaban los participantes en sus arengas. “¿En dónde está Marcelo Ebrard?” Se burlaban de la ausencia del jefe de gobierno en el evento.

A ver si así nos pelan.
A ver si así nos pelan. Fotos: Miriam K. Nales

“Yo también he soñado alguna vez que estoy desnudo en público”, me contaba Lalo el ciclista cuando me permitió colocarme en los diablitos de la parte trasera de su bicicleta en la Marcha Rodada Mundial Ciclista al Desnudo a la que llegué completamente vestidita y sin burra y terminé como copiloto topless gritando: “¡Maaamaaá, prende la grabadora que voy a salir en pelotas!”.

El cineasta británico Peter Greenaway decía que la diferencia en inglés de las palabras naked y nude es que la primera implicaba pudor y la segunda orgullo, en este caso la última era la adecuada. “¡Súbase, m’ija, si quiere la llevo!” Al verme correr a un costado del carril izquierdo de la avenida Reforma, un alma caritativa se apiadó de mi limitada condición física en medio del calor matutino y un escaso desayuno en el estómago. Después de un rato y llena de furor, decidí subirme a la bici… y bajarme la blusa. “Total, así agarras color parejo”. Me decía el conductor.

Al igual que Lalo yo también había tenido alguna vez el perturbador sueño de estar desnuda en un lugar público rodeada de miradas desconocidas… y en esta ocasión se concretaba en las calles del Centro Histórico chilango donde un montón de encuerados eufóricos, en su mayoría personas maduras, se dieron cita para protestar por el excesivo uso de automóviles y el poco respeto hacia los ciclistas.

¡Así no me alcanza mi suegra!
¡Así no me alcanza mi suegra!

En una metrópoli caótica, donde los cláxones y los volantes mandan, es complicado dar paso a los manubrios y a los pitos, como se mofaban los participantes en sus arengas. “¿En dónde está Marcelo Ebrard?” Se burlaban de la ausencia del jefe de gobierno en el evento.

Algunos personajes característicos se reunieron para festejar a la piel sobre ruedas: un Santo con una enorme panza chelera, un Homero Simpson en pantuflas, un grupo de individuos disfrazados de animales protestando por el maltrato a éstos; un hombre que súbitamente perdió la inhibición y se quitó la ropa para unirse a la caravana a talón por varios metros… y hasta un Batman con todo y capa.

Recargada en la espalda de Lalo, me contaba los embrollos que sufren los ciclistas en la urbe latina desmadrosa por antonomasia: “Mira ese carril, ésa es nuestra ciclopista. Si hubiera una cultura vial ya se estaría usando la bicicleta como se debe”. Señalaba un angosto pedazo de concreto en medio de la avenida Chapultepec que parecía más un camellón en chiquito. “¿Te imaginas a 25 güeyes transitando por ahí?”

¡Así me veo más punk que Gómez Punk!
¡Así me veo más punk que Gómez Punk!

… Pero las miradas de los transeúntes se posaban más en los cuerpos desinhibidos y en su carrocería y las pocas mujeres que se dejaban ver realmente desnudas; los albañiles de los edificios a medio construir gritaban sus piropos característicos; los tiras que custodiaban la marcha también se deleitaban la pupila, y de paso guardaban algunas imágenes en su celular. “Es pa’mi reporte”… decían. Y los niñitos que iban de la mano de sus papás abrían la boquita sorprendidos. Las cámaras de los demás reporteros nos captaban… y pensaba que de ese modo ya había obtenido mis 15 minutos de infamia.

En lo que parábamos de una calle a otra, los pies me calaban por los fierros, pero la charla con Lalo y sus amigos amenizaba el recorrido. El año pasado también acudieron juntos y su foto apareció en la página web de MSN. Al día siguiente sus compañeros de trabajo decían que habían encontrado en internet a un tipo “que se parecía mucho a él”, cuando finalmente uno lo descubrió le preguntó: “¿Y no le dolió estar sentado?”. Aunque nuestros temas no sólo giraban en torno a biclas y ruedas, Lalo manifestaba su desagrado por la selección nacional de futbol, de la que afortunadamente nadie se acordó, ni siquiera por el empate contra Sudáfrica.

No voy a perder la cabeza… ni la decencia
No voy a perder la cabeza… ni la decencia

A diferencia de otros años, en que la marcha llegaba hasta el Zócalo, esta vez el camino se volvió sinuoso y llegó hasta la colonia Roma. Entre campamentos del SME y aficionados del FIFA Fan Fest, la plancha ya no se da abasto para un grupo de impúdicos que optaron por la plaza Río de Janeiro como alternativa, con una fuente del David de Michelangelo que compartía el gusto de estar desnudo en un área pública… al igual que los paseantes. ¿Mi mamá habrá prendido la grabadora? Lo dudo.

Discurso de Jaime López para presentar el libro "Crónica Biciteka" de Georgina Hidalgo. (Producciones El Salario del Miedo, 2021.) Lugar: Fonda El Convite. Fecha: 20 de octubre de 2021.

              ACERCA DE LA CRÓNICA BICITEKA DE GEORGINA HIDALGO VIVAS                                                                     ...