Publicado hoy en la sección El ángel exterminador de Milenio Diario
Miriam Canales
El Festival Vive Latino de este año volvió a tirar la casa por la
ventana con la presencia de grupos extranjeros como Madness, con muchos
años y kilos a cuestas, TV on the Radio, Kasabian, Foster the People y
Fatboy Slim en el cierre.
Opiniones divididas, bolsillos rotos, decepciones, sorpresas, visitas
tardías, cancelaciones. Desde los clásicos como Bob Dylan, Roger
Waters, Madonna y Paul McCartney hasta grupos emergentes como The XX y
Twin Shadow; el 2012 y sus coletazos de crisis económica europea no
fueron obstáculo para que los grandes melómanos y los simples posers
desembolsaran algunos cuantos miles de
pesos en conciertos. O bien, negociar con revendedores y la limitada boletiza.
Paul vs. Joan
Caso concreto es el de Paul McCartney y sus entradas de
hasta 12 mil pesos en el Estadio Azteca en mayo, versus el bailongo
gratuito que armó Joan Sebastian para darle la bienvenida al jefe
Mancera en noviembre, teniendo el Zócalo como escenario. Si algunos
asistentes tuvieron la osadía de extraer de su cuenta bancaria hasta 28
mil billetes para comprar un
paquete donde podían asistir al
soundcheck y no alcanzaron ni a darle la mano a
Macca,
por lo menos con ese dinero pudieron haber comprado una cocina nueva a
sus madres aprovechando el 10 de mayo. Algunos otros hicieron berrinche
al descubrir que el ex Beatle ofrecería el mismo espectáculo en la
otrora plancha invadida por el SME sin tener que pagar un peso. Para
muchos, se trató del concierto del año, a pesar de las controversias
peñanietistas que se colaron por una ventana de un
hotel. Otros ni siquiera alcanzaron boleto… de Metro.
Recordemos que poco después Justin Bieber hizo lo propio el 12 de
junio. Un aplauso para los temerarios padres de familia que acompañaron a
sus princesitas y soportaron los altos decibeles de gritos entre la
histeria hormonal adolescente.
El Festival Vive Latino de este año volvió a tirar la casa por la
ventana con la presencia de grupos extranjeros como Madness, con muchos
años y kilos a cuestas, TV on the Radio, Kasabian, Foster the People y
Fatboy Slim en el cierre. Esta edición también contó con una muy modesta
reunión de la ochentera banda tapatía El Personal, muy diferente del
apabullante regreso de Caifanes. ¿Y Molotov? Cantaron otra vez “Puto”,
“Gimme tha power” etcétera, etcétera…
Para el próximo año se esperan a Morrissey, los Yeah, Yeah Yeahs y el
retorno de los británicos de Blur. Algunos puristas protestan por la
pérdida de la “esencia hispana” que caracterizaba a este festival. Lo
cierto es que la oferta latinoamericana no es suficiente como para
proponer headliners que abarroten que no sean los de siempre: Café
Tacvba, Jaguares, Molotov. Su nuevo inconveniente: el excesivo
incremento del precio de los boletos año con año.
¡Maldita primavera musical!
Se avizoraba una primavera promisoria a pesar de las copiosas lluvias
de abril y mayo, como sucedió con la llegada de Radiohead acompañados
del canadiense Caribou bajo un tremendo aguacero. Algunos añoraron el
anterior concierto con Kraftwerk como teloneros.
Mientras que en el interior de la República destacó Björk en la
Cumbre del Tajín de Veracruz en una segunda visita, donde queda
evidenciada que la metrópoli chilanga no es lo suyo, después de cantar
en un bosque cercano a Guadalajara en 2007. En lo que respecta a la
irlandesa Sinead O’ Connor, quien también fue invitada, su carácter
inestable, su reciente divorcio y su drástico sobrepeso la llevaron a
cancelar.
En cambio, otros dos sucesos dignos de celebrarse fueron las primeras
visitas de Patti Smith en el Museo Anahuacalli y los reintegrados Pulp
en el Palacio de los Deportes con su vocalista Jarvis Cocker advertido
por algunos observadores con Instagram deambulando por las calles
chilangas y el Metro. ¿Alguien se acordó de Bob Dylan en ese nuevo
centro junto al World Trade Center, por cierto?… y Roger Waters regresó
con su gira promocional
The Wall contra todos los pronósticos
acompañado de sus cerditos anti capitalistas, aviones, juegos
pirotécnicos y muchas consignas sociales plasmadas en su muro. Noel
Gallagher, sin el nombre de Oasis ya sobre sus espaldas y los caprichos
de su hermano Liam, acudió al Teatro Metropólitan en abril con su nuevo
proyecto “High Flying Birds”. En el nombre lleva la penitencia y el reto
de ganar nuevos escuchas que no sólo pidan sus éxitos de antaño como
“Wonderwall”.
Rocktoño se escribe con R
¿Qué nuevo as bajo la manga escondía el Festival Corona Capital? Un
día adicional a sus dos primeras ediciones y la gran hazaña de juntar a
los sobrevivientes del
synthpop inglés de los 80: New Order,
¡pero empalmados el mismo día y a la misma hora con Florence + the
Machine! Muchos desertaron de un escenario a otro para presenciar ambos
momentos y parieron chayotes. Además integraron a la ya separada banda
Suede, a The Hives, The Black Keys y hasta Cat Power enfundada con todo y
sarape de Saltillo. El “Capital” seguirá dando guerra al “Vive” con
grupos de primer nivel y precios más accesibles. ¿Y los Foo Fighters? Ni
sus luces.
Mientras que Rihanna, antes de mostrar su cannabico trasero tatuado,
acudió a un foro más pequeño y modesto en la colonia Condesa en
noviembre. Ni que decir de otros que no hicieron tanto ruido como en sus
visitas anteriores como Madonna y Lady Gaga, que no agotaron boletaje y
dejaron inconformes a decenas de revendedores; el patrón Bruce
Springsteen tampoco llenó en su visita, un poco tardía. Otras bandas más
recientes como los ingleses The XX llegaron en septiembre alborotando a
la “hipsteriza” y boletos cotizados en varios billetes de a 200 en un
concierto pendiente desde hace un par de años, al igual que la
revelación del cantante George Lewis Jr, mejor conocido como Twin
Shadow, que dejó anonadados a muchos. Y para cerrar el año: ¡Dead Can
Dance con nuevo álbum 16 años después!
Gran tache por cancelar a Scissor Sisters, el Festival 5 puntos -nos
perdimos del ego de Kanye West- y, Gotye, ¿funciona la fórmula del
one hit wonder?,
Coldplay que se borró del mapa para el siguiente año y Fiona Apple,
quien prefirió quedarse en casa cuidando de su perrito enfermo…
Y el mundo no se acabó. Ya pueden pasar a la taquilla a reclamar.