Toda vagina tiene una historia que contar

Nunca he visto la obra de los monólogos, ni tampoco me interesa mucho, pero ahí les va el mío:

¿Qué historias contaría una vagina? ¿cuántos, amantes, lenguas, falos, fetiches, líquidos, dedos, sangre, bebés y enfermedades ha tenido en su interior? Es un instrumento paradojico cargado de enorme placer y diversión, también es la causa de terribles dolores y sufrimiento. Sí, sólo un organo como la vagina puede tener toda una colección de curiosidades y tragedias, igual para concebir que para sentir un orgasmo.
Las mujeres somos sensibles y poseemos ese hermoso objeto entre las piernas, como una perla dentro de una ostra, como una joya con ganas de ser robada.

Tampoco es bonito verter sangre cada mes, duele, es incómodo, apesta, mancha. Es un mal necesario.
A muchas mujeres les da pena enseñársela al ginecólogo...pero no a los amantes.
Ellas también sufren cuando entran las cosas equivocadas y muchas veces claman, lloran, protestan; son como nuestras niñas, nuestro pequeño gran ser en el interior.

¿Qué contarían las vaginas de las prostitutas y sus clientes? ¿las de las ancianas? ¿qué tabues y enfermedades tuvieron que soportar con tal de no turbar a nadie y parecer políticamente correctas?
Y de igual modo me interesaría saber que historias contarían los transexuales que son mujeres y no tienen una vagina como tal.

En mi caso particular nunca he experimentado un embarazo ni un aborto, no tengo hijos (todavía), pero la mía tiene tantas historias que contar de hombres, de tragedias, de dolor y placer, de momentos que la han dejado triste y llorando. Muchos hombres no saben tratar una vagina con delicadeza y amor, otros sí saben como besarla y hacerla sentir como el pequeño tesoro que es.

También una vagina puede llorar y sentirse enojada...aunque no hable...

¡Yo soy una mujer orgullosa de su vagina!