La
movida madrileña ha quedado atrás. El presente en España se escribe con rockabilly y surf. Mambo Jambo se despliega con estas pinceladas musicales. Dani
Nello (saxofón), Mario Cobo (guitarra), Ivan Kovacevic (contrabajo) y Anton
Jarl (batería) son dos españoles, un serbio y un sueco unidos por el gusto del
rock and roll de antaño con aires de actualidad. Han optado por lanzar sus discos
“Sonido Jambofónico” (2011), “Los Mambo Jambo” (2011) y “Un baile hipnótico” (2013)
en ediciones muy limitadas en formato vinil. Más allá si se trata de un
capricho comercial, aclaran: “Hemos perdido la esperanza de ser comerciales y
hacemos formatos así para la gente que le gusta esta música”.
¿De
qué manera la crisis económica de España ha afectado a la industria y la escena musical?
El
rock siempre ha sido de buscarse la vida. Nosotros somos músicos artesanos,
siempre hemos vivido en crisis y para nosotros es la normalidad. La precariedad
del mercado musical es como una montaña rusa. Las ayudas institucionales han
desparecido casi en su totalidad como para la danza y el teatro. Desde 2007
hasta ahora ha sido radical, como si un rayo hubiera caído en el mundo de la
cultura. Nosotros siempre hemos funcionado sin subvención, al margen de los ayuntamientos,
tocando en lugares especializados…pero si fuéramos una compañía de danza
contemporánea sí estaríamos en la puta ruina.
En
los años 60 en México tampoco hubo mucha influencia rock-punk, más bien nos llegó Pili y Mili y cosas así…
(Se
ríen) Es lo normal porque en esa época sí se seleccionaba lo que tenía que
llegar a España. Tampoco llegó Buddy Holly, llegó Paul Anka y algo de Elvis,
llegaron los Teen Tops de México. Es muy curioso porque a finales de los 80 tampoco
había mercado discográfico para este tipo de música, tenías que ir a Francia,
Andorra o Londres para comprarte los discos.
¿Qué
ha pasado con la influencia de la movida madrileña en la actualidad?
Los
acelerones de los 80 y la movida madrileña es algo súper exagerado, mitificado,
sacado de contexto, inflado y hay cuatro que viven de eso. ¡Paren ya por favor!
Ocurren como pequeños hitos de la subcultura que se hinchan y se hinchan y se
van haciendo respiración boca a boca cada diez años para seguir mitificándose y
eso es horroroso.
Con
la llegada de internet todo es rápido,
rápido, hasta las etiquetas se agotan y en seis meses ya estás pasado de moda. Las
etiquetas son para las mermeladas y aquí lo que importa es la creatividad y el
talento.
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