Miriam
Canales
@miricaiba
Para el Dr. G y sus altergos
La
noticia de la salida de Jeremy Clarkson, conductor del programa Top Gear, ya no ha generado mayor
controversia en México, aunque haya sembrado por igual adversarios y
admiradores gracias a su irreverencia, autos, moda y rock and roll. Para los ingleses, la opinión es otra y el “tren del
mame” no se ha descarrilado.
Seamos
sinceros: muchos ojos y oídos nacionales desconocían este show y voltearon a él más por morbo e indignación que por interés tras
uno de los tantos escándalos perpetrados por Clarkson y sus compinches Richard
Hammond y James May cuando en 2011 se burlaron del auto Mastretta MXT. Hammond condujo este vehículo de factoría mexicana
por su frontera norteña y el resultado fue una sarcástica comparación de
defectos entre éste y sus habitantes: “flojos, flatulentos, gordos, irresponsables”.
El mayor mitotero fue el ex embajador Eduardo Medina Mora, hoy cómodamente
sentado en la Suprema Corte con su puño justiciero.
Más
allá del patriotismo estilo “jarrito de Tlaquepaque”, el estatus de Clarkson como
periodista veterano especializado en autos y presentador televisivo, le hizo
ganar poder, dinero y la amistad de figuras como David Cameron y Elizabeth
Murdoch, ejecutiva de televisión e hija del magnate Rupert Murdoch. Sin embargo,
su ego se quedó sin gasolina después de una agresión contra el productor Oisin
Tymon quien lo suspendió el pasado 10 de marzo dejándolo como niño regañado. Ni
los 300 mil fans que firmaron en el sitio Change.org e hicieron la chillona para
reinstalarlo, surtió efecto. Su futuro profesional está en vilo y lleno de
especulaciones acerca de su estado emocional y de salud. El más drástico: un rumor
difundido sobre un padecimiento de cáncer divulgado poco después de su salida que
ha obtenido poca credibilidad. Su página sigue en pie, la BBC no ha dado
declaraciones recientes.
“Clarkson
ha llegado a ser alguien que simboliza la habilidad de llamar a las cosas por
su nombre, incluso cuando son un poco insultantes para otras personas como ‘este
tipo es gordo, éste coche es feo, ésta ley es una mamada’. Hay otros que dicen que
es simplemente un hombre ególatra, que hace lo que quiere, abusivo del lenguaje,
racista. Este último altercado contra su productor es la prueba de toda nuestra
visión de él”. Menciona Jack, un londinense nativo quien solía ver Top Gear en su vía genuina por el canal
BBC 2.
Tom,
otro londinense explica: “Esto es casi como un encuentro izquierda- derecha. Es
como una cara popular del conservadurismo y por eso a mucha gente no le gusta y
más aún si la mayoría de sus jueguitos pueden parecer insultantes. Nómbrame tú un
país que no tiene una broma contra sus vecinos. Ejemplos: argentinos vs. chilenos,
chilenos versus peruanos, peruanos. Ingleses vs. franceses o alemanes. No es
que él esté inventando algo pero ha llegado a ser el punto neurálgico”.
En
su propia cuenta de Twitter, @JeremyClarkson ha emitido mensajes intermitentes
entre el 10 de marzo y el 26 de abril donde escribe, sin entrar en grandes
detalles sobre su suspensión, de cómo se siente conmovido por las muestras de
afecto de sus seguidores con el Trending
topic #BringBackClarkson y de cómo
algunos paparazzi lo han acosado.
También ha expuesto su propia versión de los hechos en diarios como Sunday Times donde dice “estar planeando
otro bebé” (sic). Esta red social se ha
convertido en un caldo de pasiones en la cual salió peor la presentadora Sue
Perkins quien fue considerada por los ejecutivos como una opción de reemplazo.
Recibió insultos y hasta amenazas de muerte de trolls y decidió abandonar su cuenta temporalmente. James May salió
en su defensa, pero al igual que Hammond han enviado otros tuits imprecisos y hasta ambiguos sobre su estatus laboral. Al
menos hasta el momento de escribir estas líneas. ¿Y qué dice el enigmático
personaje The Stig? Él no tiene
cuenta oficial.
Jack
recalca su opinión como televidente: “Yo sí lamento que Top Gear se haya ido del aire porque me divertía. Yo no firmé la
petición porque se agredió a alguien. Clarkson perdió la razón por una
pendejada y en ese sentido estuvo bien que lo despidieran”.
Lo
que es una million- dollar question según
Tom es si este tipo de humor puede desarrollarse por alguien que no sea un británico
nativo. “Esto es Inglaterra, no es un país musulmán, gringo o hispanohablante y
hay una cosa que es el humor inglés. ¿Todo esto no debería existir porque es
ofensivo para otros? Mira por ejemplo a Monty Python, ¿es mejor que no hubiera
existido su película Life of Brian? (una
parodia a Jesucristo). Hubo muchos ofendidos acá y en el mundo por eso, pero
creo es mejor que todo esto exista. Hay humor que tiene el deseo de lastimar.
Otros usan los mismos métodos que no buscan dañar. Yo no creo que Clarkson sea un
hombre amable, pero es dinámico y entre estos tres y sus tonterías fueron
divertidos”…
Top Gear ha salido de circulación y su estatus
chocado como uno de sus tantos vehículos. ¡No se pierdan los próximos capítulos
de esta telenovela!
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