sábado, septiembre 13, 2008

Música para sobrellevar el dolor






Desde hace 5 años tengo la costumbre involuntaria de que cada navidad escucho un disco en especial que me recuerda a algún güey, haya sido una turbia relación sentimental o un simple-pero apasionado-amor platónico...

Todo comienza con "Cold cold night" (Elephant, 2003) de The White Stripes: "I don't care what other people say/ I'm gonna love you anyway/ Come to me again in a cold cold night" y otra del disco de Jumbo "DD y Ponle Play" (2001) como "Desaparecer": "Pero pase lo que pase y digan lo que digan/ nos vamos a deshacer juntos otra vez..."
En 2003 conocí a un lindo chico rubio en un proyecto cultural donde solicitaron mi colaboración, él estaba encargado de la parte de producción audiovisual e hicimos "click" de inmediato; teníamos en común haber estudiado en la misma universidad (en diferentes generaciones, claro) y a otras personas que nos rodeaban en nuestro circulo social. Dos días antes de la navidad de ese año se dio un beso maravilloso con sabor a cannabis y de ahí una ambigüedad total. Él no quería comprometerse conmigo, ya que me llevaba 11 años, sus problemas personales lo inquietaban y no quería arrastrarme a ellos, según él.
Pese a que el sentimiento era mutuo, nunca fuímos una pareja formal, después de esto nos vimos de forma muy intermitente; la última vez fue por casualidad en el DF hace más de un año donde revivimos buenos recuerdos. No le guardo rencor, sino todo lo contrario...

En 2004 mi gran amigo José Juan Zapata me regaló un disco precioso llamado "Pieces in a modern style" de William Orbit donde  Chopin, Mozart, Beethoven y John Cage nunca fueron más dolorosos que una punzada al corazón. Este disco tiene la cualidad de contener varias de estas piezas mezcladas en un sonido electrónico "ambient" y...prefiero hablar de él al individuo al que me remitía ya que se trató de una experiencia sumamente amarga (pero aleccionadora, eso sí) con un "Humbert Humbert" que me doblaba la edad. Esa navidad estuvo a punto de volver a nevar en Torreón y al pasar por el sitio donde nos conocimos la pieza "Triple Concerto" de Beethoven provocaba que me brotaran lágrimas. Lo mejor de ese disco es el colofón, "Opus 132", del mismo autor que suena tan aliviante como esperanzadora...tal como fue superar esa etapa. ¿Y qué pasó luego? que dos años más tarde el semental regresó pidiendo disculpas... y yo lo mandé a chingar a su madre como bien se merecía...


En julio de 2005 conocí a otro chico maravilloso que me hizo cambiar mi perspectiva del amor, de las relaciones de pareja y de la vida misma. Nunca nadie me amó tanto como él, pero yo no supe valorarlo. Nuestro noviazgo se dio a larga distancia (algunos de ustedes ya saben de quién hablo) y él sufría por mi ausencia. La navidad de ese año me di cuenta de cuánto lo quería cuando mis papás me prohibieron terminantemente pasar esas fechas con él y su familia. Para consolarme escuchaba mucho a Ely Guerra con su melancólica rolita "¿Por qué tendría que llorar por ti?" y la sensual y romántica "Mi playa": "Te regalo mi sol, mi luz, mi playa/ Te comparto mi dicha y mi pesar/ Te doy las llaves de mi casa y mi confianza/Te cocino y te llevo a pasear..." Las cosas no terminaron bien después...


2006: No olvidaré nunca el mes de diciembre de ese año. Fue el último que pasé de forma completa en Torreón Coahuila, mi ciudad natal, y el mismo en que me gradué de la universidad y en que deliberaba acerca de qué haría con mi vida de ahí en adelante. Tomé la crucial decisión de emigrar al Distrito Federal donde actualmente resido, podría enumerar mil razones que me impulsaron a hacerlo y una ellas (pero no la más importante) fueron los ánimos de un hombre que había conocido un mes antes en Guadalajara. Él llegó cuando un ciclo importante se cerraba y otro estaba por abrirse y se convirtió en una persona fundamental para mi.
Por esos días, otro gran amigo, Gil Cepeda, me regaló el disco Into the Labyrinth (1993) de Dead can Dance y podría decirse que fue la única navidad en que no pasé tristeza, sino alegría y esperanza de volver a verlo en el DF y así fue. Cada vez que escuchaba la rola Ariadne cerraba mis ojos para recordaelo y mi corazón latía fuertemente (aunque suene cursi, cabrones) al igual que con Yulunga, Saldek y The wind that shakes the barley a través de la embrujadora voz de Lisa Gerrand.
Una mañana de octubre fuimos juntos a desayunar a un café de La Condesa y programaron ese mismo disco, pero no dije nada al respecto...


2007: Un año más tarde ese tormentoso amor dió un dramático giro. Ocurrió algo que nos dividió, la relación no volvería a ser la misma desde entonces. No sé que tenía este güey que me hizo perder la cabeza durante un año y medio, pero se había convertido en uno de mis mejores amigos, confidentes y mi dicha y pesar simultáneos...Tras un largo y sinuoso camino en el DF decidí regresar unos días a mi querido Torreón para pasar la navidad con mi amada familia y amigos.
Yo ya no era la misma persona que había salido de ahí.
Mi hermano Luis compró el acetato de "Nada Personal" (1985), el segundo disco de Soda Stereo, acudimos a verlo en concierto y al menos dos rolas denotaban nostalgia hacia aquel individuo de ojos verdes como "Ecos" (Estoy moviéndome con mis propios latidos/llenando un vacío/todo es tan igual, tan frío)y la clásica "Cuando pase el temblor": "Sé que te encontraré en esas ruinas/ ya no tendremos que hablar del temblor/ te besaré en el temblor, lo sé/ será un buen momento/Hay una grieta en mi corazón, un planeta con desilusión/ Despiértenme cuando pase el temblor"...pero no sólo esas rolas me hacían recordar los amargos momentos, también se hicieron presentes otras como "No existes" (Signos, 1986). Actualmente, él y yo ya no tenemos la misma amistad que antes y lo extraño mucho...

Este año he vivido otra relación amorosa tan apasionada como conflictiva, él está ahora muy lejos de mí y no sé que escucharé esta vez para evocarlo, pero ya siento la nostalgia con antelación.

4 comentarios:

Hibernia dijo...

Gracias por compartir estas memorias. Me hicieron recordar que, hace ya algún tiempo, en algunas ocasiones llegué a relacionar a algunas personas muy cercanas con cierta música. Y en verdad que la emoción que esto te trae puede llegar a ser desgarradora...
Ahora estoy en otra etapa de mi vida. Siendo músico de profesión a veces racionalizo de más ciertas cosas. Pero lo que he podido leer en tu blog me ha permitido recrearme, al menos brevemente, en la emoción de un pasado que ha dado forma a lo que soy.
Un gran saludo.

duidy dijo...

Tienes razon, la musica si que marca todo eso ...
Pff...
amo cuando escribes asi siempre me llegan esa clase de entradas en tu blog :')

teqieromuchomucho!
me dijo mi tia qe vendrias! :'))
ya quiero verte! u.u
se te extraña cañon!...
esto de bertha se resiente en todos, incluyendome ami ...
pero bueno, el punto es seguir con pensamientos positivos para que no se nos caiga! (:

teqiero!
cuidate!
nos vemos prontoon! n.n

,.

Miriam Canales dijo...

¡Wow! Me alegra saber que las jaladas que escribo les gusten a algunos (jejeje).

Unknown dijo...

Hola!

Me topé con tu blog por alguna búsqueda desde google.
Debo confesar que me agradó mucho, me gusta como escribes y lo que escribres, creo que lo que compartes algunos ya sabemos de que se trata, otros quizas no, pero les da una clara idea de lo que transmites.
Tienes muy buenos gustos musicales, entre los mas destacados esta la buena ELY GUERRA...

Pásela muy bien, espero algún dia visites mi blog, no es la gran cosa pero algo bueno encontrarás.

Saludos.

Discurso de Jaime López para presentar el libro "Crónica Biciteka" de Georgina Hidalgo. (Producciones El Salario del Miedo, 2021.) Lugar: Fonda El Convite. Fecha: 20 de octubre de 2021.

              ACERCA DE LA CRÓNICA BICITEKA DE GEORGINA HIDALGO VIVAS                                                                     ...