martes, mayo 05, 2015

Entrevista con Irmin Schmidt, miembro fundador de la banda alemana CAN


"No sé lo que es el rock, por eso lo invento": Irmin Schmidt.

Miriam Canales

La historia de la banda alemana Can se escribe desde finales de los años sesenta con una complicada clasificación en este mundo de etiquetas, más afín al rock progresivo, el jazz y la experimentación electrónica. Perteneciente a un movimiento germano llamado krautrock que hacía ruido en un Berlín separado. Otros grupos semejantes como Cluster, Amon Düll, Tangerine Dream y Kraftwerk, entre muchos otros, enarbolaban la bandera con una voz propia, distante de influencias británicas y estadounidenses y del pop local (schlager).
Para adentrarse un poco en su historia hay que sumergirse en discos como Tago Mago, Monster Movie y Future Days en los que Irmin Schmdit (teclados), Jaki Liebezeit (percusiones) y Holger Czukay (bajo) compartían un papel comunitario sin un líder en particular y con una visión más equitativa como grupo en la que ningún integrante ejercía mayor protagonismo que otro. Schmidt en su faceta solista lanzó otros discos como Toy Planet, Musk at dusk y Axolotl Eyes y ha contribuido para numerosas bandas sonoras de películas. Can nunca gozó de gran éxito comercial y su vida se truncó en 1979, a diferencia de sus contemporáneos Kraftwerk cuyas ambiciones los ha llevado a presentar conciertos incluso en tercera dimensión, pero hoy en día es visto con un fuerte respeto, como pioneros de la electrónica y precursor del new wave.

A 40 años de distancia, Schmidt llega a México para presentar en la Fonoteca Nacional una obra olvidada en los anaqueles de su estudio que titularon como The Lost Tapes (Spoon Records, 2012) que más que cintas perdidas representan años de trabajo, maquetas inconclusas y sueltas que muestran una faceta desconocida hasta el momento, no por ello, de menor calidad a sus álbumes oficiales, llenas de espontaneidad y libre composición.
A sus más de 60 años de edad, Irmin carece de la imagen estereotípica de un rockstar veterano: no cuenta con tatuajes, piercings o melena que evidencien su condición como tal. Nunca fue reconocido de esta manera. Al contrario, viste con ropa sencilla, nada ostentosa y se muestra afable como un abuelo cuya vida ha transitado por una Alemania-post guerra mundial y ejercido durante la década de los 70 como una de las cabezas del krautrock, respetada por otros artistas como Daniel Miller, Brian Eno, Iggy Pop y David Bowie. Actualmente aún se dedica a la producción como músico solista, radica en Francia desde hace tiempo y administra su propio sello llamado Spoon Records, encargado de difundir su música y la de su banda antecesora.



Él se define a sí mismo como un compositor antes que un consumidor musical: “Nosotros en Can inventábamos todo de manera muy espontánea, no tenía una forma, se creaba de una manera muy especial. Siempre en el momento donde hacía click y crecía comoquiera que se defina la manera. Después de encontrar esta pila de canciones nos dimos cuenta que sonaban muy diferente a la forma en que las grabamos a como sonaban en vivo y me encantaba todo eso, era muy loco y salvaje”.

¿Tú crees en los mensajes políticos dentro de la música?

No creo en eso porque es una forma en la que guías tu trabajo. Puede tener un mensaje o no. La música es música en sí misma y puede tener un mensaje político, que casi siempre es negativo. Si hay algo que construya al futuro representa una responsabilidad y puede ir en contra el arte, el intelecto. El mensaje es sólo un vestido.
Bueno, tampoco las circunstancias sociales tampoco son las mismas a las que tú viviste hace 40 años en Alemania.
Eso sí es completamente diferente. La forma en que trabajábamos en el grupo nos volvía iguales, no teníamos un líder, cada ingreso era equitativo independientemente de cuanto ganáramos; teníamos las mismas regalías. Eso no era político, era la forma en que vivíamos.

Sí, porque muchas bandas tienen distintos salarios y unos integrantes más atención que otros…

Eso no existía para nosotros. La voz era un instrumento vocal más, no había un frontman o showman. Eso era como una declaración política, no un mensaje y puede interpretarse como sea. La manera en que creábamos nuestra música era independiente, no íbamos a estudios comerciales, ensayábamos y la poníamos en una cinta; necesitábamos un año y medio para crear un disco. Trabajábamos mucho tiempo en ello dentro de nuestro propio estudio, con nuestro propio productor y era todo muy pobre y escaso: con tres micrófonos, pero éramos completamente independientes y eso era lo más importante. Nadie nos decía lo que teníamos que hacer, teníamos nuestro propio equipo que podíamos pagar. Nunca fuimos ostentosos.


Hay un trecho en la manera en que creabas música con otros instrumentos por ese entonces a como todo se hace ahora es a través de gadgets, apps, ipads
Yo tengo un ipad, pero no hago música con él.

Mucha gente cree que sí puede ser músico usando sólo gadgets…

Es una total ilusión que puedas hacer todo con la computadora y que eso te convierta en un compositor. Yo creo que cada producción y cualquier tipo de arte necesita dedicación, larga experiencia, pasión…

¿Talento?

Sí, pero por si sólo no es posible. Se puede desarrollar el arte y para eso se requiere pasión y necesitas aprender a tocar instrumentos en vez de usar solo apps y pegar cosas.
¿Qué banda definirías que representa la cultura alemana hoy en día?
No creo que haya una banda que represente la cultura alemana. Es una cosa compleja la cultura, cosa que ningún artista puede representar, es imposible, pero hay un tipo de juicio que al que no me negaría. Estamos muy relacionados con nuestros artistas y es muy ambicioso querer representar la cultura.

¿Escuchas a alguna banda moderna actualmente?

No soy un consumidor, soy un compositor. Como compositor no necesariamente escucho pop o rock, escucho a muy pocos: puede ser música del siglo XV, de algún grupo electrónico sueco o música japonesa antigua o africana, pero no tengo nada en especial, depende en lo que esté trabajando. Escucho música cuando es parte de mi trabajo, no tanto por entretenimiento.

Si vives en Francia, ¿te gusta Daft Punk, por ejemplo?

Sí, sí me gustan. Escucho muchas cosas europeas. No tengo una canción favorita de nadie en particular que me haga escucharla 100 veces, cuando lo hago quiero adentrarme en los secretos de ese pedazo de música y saber cómo diablos la hicieron, una vez que lo encuentro suelo olvidar el nombre del compositor. No es arrogancia, es sólo que no soy fan de nadie, admiro a muchos compositores, pero no escucharía algo una y otra vez porque si no me enamoraría.

¿Tú crees que aún haya futuro para el rock, o esperanza en él?

¡Oh, claro, seguro!, ¿por qué no lo habría?

Porque muchos críticos aseguran que ya está muerto desde hace años. ¿Estás de acuerdo con esto?

Ellos dicen saber lo que es el rock, pero yo no, y justo porque no lo sé lo invento y trato de hacer un arte nuevo, pero no soy el único. Si hay otros que creen que es el final tienen una idea muy limitada. Ellos podrían no ver ni entender cosas totalmente nuevas. Hay arte en cosas nuevas y maravillosas.

Entonces si hay arte en cosas nuevas y maravillosas ¿podrías mencionar un ejemplo?
No, todo mundo debe encontrarlas dentro de sí mismo…






No hay comentarios.:

Discurso de Jaime López para presentar el libro "Crónica Biciteka" de Georgina Hidalgo. (Producciones El Salario del Miedo, 2021.) Lugar: Fonda El Convite. Fecha: 20 de octubre de 2021.

              ACERCA DE LA CRÓNICA BICITEKA DE GEORGINA HIDALGO VIVAS                                                                     ...