Reflexión

Decía Ryszard Kapuscinski en su libro "Los cínicos no sirven para este oficio" que los jóvenes periodistas somos proclives a sentirnos más vulnerables por trabajar mucho y decepcionarnos porque lo que hacemos no está bien remunerado, ya no digamos reconocido.
Es fácil caer en la desilusión temprana, y estoy segura que a muchos de nosotros nos ha ocurrido. Según este gran periodista, los lectores son los que determinan la calidad de nuestro trabajo y no el director, ya que si hacemos algo productivo ellos lo reconocerán de inmediato asociándolo a nuestro nombre. No me gusta mucho hablar de mi trabajo periodístico en este blog, pero quería compartir este pensamiento con ustedes.

Como muchos lo saben ya, tuve una mala experiencia con el noticiero "El Rotativo" después que me asignaron una tarea y tras cumplirla, decidieron a última hora omitirla por "cuestiones de tiempo" aún cuando ya se había discutido que mi trabajo tenía calidad suficiente para emitirlo. Quiero decirles que me siento bien, que ya no estoy deprimida como al inicio, pero como todo, si uno trabaja espera no sólo que se le retribuya económicamente sino que se difuda porque en ello consiste la labor periodística. No es la primera vez que me ocurre algo así ni será la última, pero siempre se espera un poco de respeto profesional. Al menos logré que me pagaran, no lo discuto.
Ahora que han pasado unos días de esta experiencia entiendo que no debes clavarte en lo malo que suceda, de otro modo te estancas...


Muchas gracias a todas las personas que me han apoyado moral y profesionalmente y también a las que no. (En especial a mi detractor anónimo que dice que no tengo talento. Besitos sabor a cianuro para él o ella).