Broche de oro en Guadalajara

En tu cuerpo encontré la felicidad
me prendí de tu cintura hasta que me pasaste la factura/
Ya no me acuerdo de tí para nada, ya hasta se me olvidó la clave lada
Llamame por teléfono, nada más no me llames por cobrar
De tu cintura prendí un broche de oro y después me fui y después me fui...
(El Personal)

Por tercer año consecutivo acudí a la FIL con mi buena amiga Maria José y a pesar de sólo permanecer por tres días tuvimos la oportunidad de asistir a diferentes conferencias, unas mejores que otras, claro.

EL viernes por la mañana llegué sola con la esperanza y el nerviosismo de encontrarme con una cita con el destino, todo transcurrió en aparente calma hasta que vi a dos seres con los que sentí que el corazón se me salía y todo lo que alguna vez fueron risas y alegría se tornó en frialdad e indiferencia, pero eso no es lo importante...
Durante la tarde de ese día, Fernando y yo (que veníamos de comer) escuchamos una serie de gritos en el interior de la Expo cual Luis Miguel en sus mejores épocas y a paso veloz corrí para preguntar que demonios pasaba y ¡nadie sabía! o me contestaban con tonterías como de que se trataba del hijo de Humberto Zurita, pero no, el actor de la película Crepúsculo, Robert Pattison, pululaba por ahí para presentar el libro homónimo. ¡Vaya desmadre que se armó!

A pesar de que me simpatice Lydia Cacho no me parece que le den tantas concesiones ni espacio en sus conferencias cuando muchas veces no sabe ni qué decir en ellas, como aquella en la que estuvo con Sanjuana Martínez el sábado por la tarde sobre amor y erotismo y sólo hablaron de sus anécdotas familiares con el sexo, lo que provocó que María José y yo abandonaramos la saturadísima sala Juan Rulfo. "Tía, ¿tu sientes rico cuando te cae agua caliente en tu vulva?" Fueron algunas de las preguntas que hacía inocentemente la niña Cacho antes de acusar a pederastas megalómanos y que formaron parte de la presentación. ¡Chido, pues!

El domingo a mediodía vivimos algo parecido cuando se agregó a Carmen Aristegui al "line up" de estas periodistas y a falta de sillas frontales MJ y yo tuvimos que sentarnos en el piso, pero eso no fue lo peor sino que llegara una méndiga gorda (una de las organizadoras) y nos quisiera quitar argumentando "que eran sus conferencias". A algunas personas que se encontraban a nuestra izquierda sí les instalaron sillas ¡pero para los invitados! ahí desfilaron estrellitas como Lupita Loaeza cuyos textos me parecen una burla, pero era invitada VIP, claro, y el resto de la gente que pagó su entrada se chingó con la vista frontal. Ni modo, no todos tienen oportunidad de escribir libros sobre Martita Sahagún y que se vendan como pan caliente. Bueno, yo sólo leí un libro suyo y jamás me quedaron ganas de volver a leerla, jajaja.


Como MJ nunca había visitado Guanatos, nos dimos el rol por algunos buenos lugares como el bar La Mutualista con nuestro amigo Fernando, el domingo al pintoresco restaurante Santo Coyote y por el día todo fue un deambular de libros y conferencias y menos desmadre a diferencia de años anteriores. Ahí nos encontramos a buena banda como Fabian Giles, Rogelio Villarreal, Alicia Quiñones y mis cuates tapatíos (estudiantes de cine) Alex y Sugey quienes se pusieron a grabar un video-sondeo acerca de la corrupción, "corrupción es...¡pagar 800 pesos por un boleto de reventa de Madonna!", les dije. El sábado a mediodía asistimos al homenaje del gran caricaturista Rogelio Naranjo, corto de palabras pero desparpajado en humor. Me dio risa que confesara que nunca había tenido que vender droga para subsistir. Me pregunto cuántos moneros frustrados sí se dedican a puchar y a padrotear. MJ me comentó que el video de su entrevista era malísimo y yo descubrí que los "speechs" de Raúl Padilla que anteceden a las presentaciones son aburridos a morir.

Ya para rematar me compré algunos libros como El guardián entre el centeno, el libro con el que se inspiró Mark Chapman para matar a John Lennon (que curioso, al día siguiente era su 28.- aniversario luctuoso) y otros dos de periodismo de Daniel Santoro y Javier Darío Restrepo con quien alguna vez tomé un taller de ética periodística...Ya ni pudimos asistir a la presentación del libro de "El país del Weso", regresamos al Defeque a las 9:00pm, al día siguiente había que ir a chambear. C'est la vie!


PD: Para mi querid@ lector@ que me envió aquel rudo comentario: no respondo a anónimos como tú. Maestr@, hasta para insultar hay que tener una buena ortografía y lamento decirte que no me interesa adivinar tu identidad. Te mando muchos besos.

¡Ah! y por favor, sigue leyendo las aventuras de la piruja de alcantarilla :)