jueves, febrero 01, 2007

Es una tarde calurosa para ser enero. Miles se congregan para demostrar su desacuerdo contra la injusticia económica, contra la privatización del campo energético, contra el encarecimiento de la tortilla: jóvenes, amas de casa, hombres maduros; algunos ataviados con máscaras de luchadores satirizando el momento, el sentido del humor predomina en la masa que firme y decidida a rebelarse camina desde el Monumento a la Revolución hasta el Zócalo como destino final. Los helicopteros policíacos surcan los cielos, las prensa toma su lugar como testigo primordial.
Son las 4:40pm y la masa no ha caminado ni un trecho, los vendedores ambulantes aprovechan para vender sus baratijas: sombreros de paja, pasquines, fritangas, aguas frescas, piratería. En el comercio hay similitudes tanto con la guerra como en el amor: todo se vale. Cualquier changarro informal es justo para ganarse unos pesos que el gobierno no está dispuesto a proveer de sus empleos, tan vitoreados en campañas electorales por un voto. Algunos enarbolan banderan rojas donde resaltan los semblantes de Engels, Marx, Stalin y Lenin, ¿quien ha dicho que el comunismo está muerto y enterrado?.
El Sindicato Mexicano de Electricistas, principales promotores de la marcha cantan y gritan con vehemencia: "¡El pueblo se cansa de tanta pinche transa!, ¡sacaremos a Felipe de los huevos, sacaremos de los huevos a ese güey!, otra vez: ¡sacaremos a Felipe de los huevos...!. La figura del señor presidente: vilipendiada, víctima de cantos irreverentes, repudiada como cualquier político ambicioso y demagogo."¡¡Aplaudan , aplaudan, no dejen de aplaudir que el pinche gobierno se tiene que morir!!, ¡¡policías huevones por eso están panzones!!. Los miembros de la seguridad pública miran sus abdomenes, algunos ríen y aguantan vara, otros se limitan a sonreír forzadamente.
La masa se desplaza por el Centro Histórico de la ciudad cual peregrinación guadalupana, aquí no hay deidad que venerar y si gobierno que reprobar y señalarle al actual presidente que la patria no se vende, que reclama el regreso de Vicente Fox, peor pero al menos más gracioso, según una pancarta. El calor se aminora con el sabor de una cerveza Tecate extraída clandestinamente de la mochila de un manifestante: Misael, ex alumno de la UNAM y ex participante del CGH. Sus padres se negaron a su interveción en el movimiento de 1999, pero no desistió y junto con sus compañeros del Sindicato expresa su inconformidad. Una de sus amigas sostiene un altavoz y provoca la risa de los caminantes con sus ocurrencias, su sentido del humor es tan elocuente como el de un hombre.
La muchedumbre está por llegar a Palacio Nacional, la recién llegada ha bebido poco alcohol desde su arrivo, sus labios se sienten satisfechos como si se tratase de un beso con sabor a cebada de un amante en cuerpo de cristal y figura diminuta; cuenta a Misael que lleva una semana y media residiendo, su objetivo es encontrar un empleo como escribiente y por su propia iniciativa decidió participar en la marcha, tan inusual en sus áridas tierras norteñas.
El sol cobija a los asistentes, el viento fresco sopla y enfría los cuerpos presentes. Ni la lluvia ni el viento detuvieron el movimiento. La comunicadora Veronica Velasco toma la palabra: "¡Queremos que se amplíe este zócalo por si Calderon sigue con sus medidas autoritarias!". convoca a las organizaciones campesinas y a la ciudadanía en general. La ciudad de las luces deslumbrantes alberga un clima benevolente, sus contaminados cielos muestran un notorio color azul, una paloma artificial vuela por los aires y un hombre presencia la escena desde el techo de la Catedral. Solo Dios sabe como llegó hasta ahí. La muchedumbre reclama la presencia del Andrés Manuel, el autoproclamado "legítimo presidente de México". Al igual que en Gómez Palacio Durango, su llegada se demora "¿Quien chingados se cree ese güey?", un deje de molestia sale de los labios de la reportera. Suenan las notas del himno nacional y melodías que denotan el alma melancólica del mexicano como "Besame mucho". El sol comienza a esconderse, tal vez no deseaba encontrarse con el ex candidato perredista, la reportera tampoco, tenía una cita posterior: "Yo no soy la pendeja de ese güey para esperarlo cuando el quiera". Otros más pacientes como Paco Ignacio Taibo II llegarían minutos más tarde a sus presentaciones de libros en Bellas Artes esa misma tarde para mostrar su simpatía en cuerpo y alma.Las calles se vistieron de caos, el claxón de los autos: la sinfonía aturdidora vespertina. La muchedumbre que antaño gritaba y aclamaba se dispersaba vía metro, pesero o automovil para llegar a sus casas y encender la televisión con su participación plasmada en tiempo pretérito; para volver a ser las víctimas del sistema , los títeres del gobierno y del mandatario espurio.

No hay comentarios.:

Discurso de Jaime López para presentar el libro "Crónica Biciteka" de Georgina Hidalgo. (Producciones El Salario del Miedo, 2021.) Lugar: Fonda El Convite. Fecha: 20 de octubre de 2021.

              ACERCA DE LA CRÓNICA BICITEKA DE GEORGINA HIDALGO VIVAS                                                                     ...